Thomas Szasz no es el único que ha abordado el tema en esta perspectiva, ni el único que ha denunciado “la represión de la locura con su cortejo de camisas de fuerza, encierros y electrochoques, lobotomías y embrutecimientos químicos”. Se remite al francés Michel Foucault y su “Historia De La Locura” y menciona al inglés Ronald Laing y sus combates en el mismo sentido, protagonizados en la Gran Bretaña.
Por Alberto Morales Gutiérrez
Se me ha ocurrido que la locura está de moda. Ya no se trata de un territorio asociado a los hospitales psiquiátricos, a las bellas artes o a la creatividad, no. La locura viene incursionando con éxito por los lados del poder. Personajes como Milei, Trump, Ortega, Maduro, se ajustan perfectamente a la idea que uno tiene de los locos, pues sus sandeces son recurrentes y sus comportamientos no encajan con lo que ellos deben representar.
Trump, por ejemplo, decide nombrar al frente de la cartera de Salud en EEUU a Robert Kennedy Jr. para que “se vuelva loco con la sanidad”. Fanático de las teorías de la conspiración y furioso antivacunas, Robert sostiene opiniones tales como que el flúor en el agua provoca una disminución en el cociente intelectual de los niños estadounidenses o que los constantes tiroteos en las escuelas en los que los muchachos disparan a sus compañeros y a los profesores, son culpa de los antidepresivos.
Milei, por su lado, anunció este martes que ahora se venía para Argentina “la motosierra profunda” para adelgazar más el Estado. Había que oírlo defendiendo a su ministro de Economía, cuando sentenció que “nadie le va a tocar el culo a Caputo” y en más de tres intervenciones televisadas ha utilizado la frase según la cual, la economía argentina “va a subir como pedo de buzo”. ¡Un horror! Puede que haya quienes crean que no está loco, pero no hay duda en el sentido de que se trata de un patán de siete suelas.
Ortega, delirando en Nicaragua, ha decidido instaurar una dinastía y serán sus hijos e hijas los que hereden el poder. Se transmutó en un reyezuelo medieval.
Y ni qué hablar de las sandeces permanentes de Maduro, desde las épocas del “pajarito” con el que cantó, al enterarse que era el espíritu de Chávez, pasando por la “multiplicación de los penes”, sus días “de 35 horas”, o “los capitalistas que roban como nosotros…”. En su caso, puede que no sean exactamente manifestaciones de locura, sino pruebas de su estupidez.
Y entonces, para borrar con el codo lo que estoy escribiendo con la mano, se me aparece un personaje que ha sido caricaturizado por sus ideas disruptivas y que no es muy apreciado en sectores de “la ciencia”. La caricaturización ha entronizado frases como estas: “ah…ese que cuenta que todo el mundo está loco… ¡excepto los locos, naturalmente!”
Se trata de Thomas Szasz (1920-2012), nunca había oído hablar de él. Nació en Budapest y, durante 30 años, fue profesor de psiquiatría en la Universidad de Syracuse en Nueva York.
Lo encontré en un texto de Seix-Barral (1989) “Los Verdaderos Pensadores de nuestro Tiempo” de Guy Sorman (1944), un editor y periodista francés que, con la pretensión de reivindicar intelectuales y científicos importantes que no tienen tanta resonancia como los de los best seller, entrevistó a 28 personalidades (algunas conocidas) cuyos aportes, reflexiones y contradicciones son “oro en polvo” para agitar el pensamiento.
La verdad es que Szasz nunca dijo que todo el mundo está loco. Por el contrario, expresó una idea más audaz. Explicó más bien que “nadie está loco, ni siquiera los “locos””.
Lo que realmente me atrajo de Thomas, fue su vocación contracorriente y su defensa incondicional, férrea, categórica de la libertad individual. Usted no va a estar de acuerdo con muchos de sus postulados, yo tampoco, pero hay afirmaciones suyas tan detonantes y sustentadas, que resultan seductoras para la deliberación juiciosa. Dos perlas: que el suicidio es un derecho fundamental, y que la hospitalización psiquiátrica involuntaria es no solo inmoral, sino que, si continúa indisputada, crecerá hasta convertirse “en una distopía orwelliana”.
En la conversación con Sorman, Thomas Szasz sostiene que “la locura no existe, que es solo una metáfora”. Y se explaya explicando que lo que se denominan enfermedades mentales son los comportamientos de individuos que nos perturban. Eso permite entender – según él- las razones por las cuales, desde el siglo XVIII, se encierra a los “locos” y, desde entonces se les trata como si fueran enfermos. Para explicar esta distorsión, desvela el método soviético de hospitalizar en clínicas psiquiátricas a los intelectuales disidentes.
No puedo menos que pensar en Camile Claudel, la escultora que realizó buena parte de la obra de Rodin. La descalificaron internándola en un hospital psiquiátrico.
La drogadicción -dice- no es una locura, es una decisión individual. La legalización de la droga dejaría sin fundamento la denominada “guerra contra las drogas”. Lo que realmente desestabiliza y corrompe es la prohibición.
Szasz tiene una aversión justificada a los medicamentos y ejerce un rechazo visceral a la industria farmacéutica. Denuncia toda la perversidad que habita en ella. Pero, contrario a lo que podría pensarse, Szasz no es un anarquista. De la misma manera que defiende con ahínco la libertad individual, clama también por la responsabilidad individual. Si el drogadicto comete un crimen debe ser castigado por ese crimen, no por ser drogadicto. “Si el cleptómano roba, si el pirómano incendia; si el regicida, asesina; todos deben caer bajo el peso de la ley y ser castigados”.
Pone en tela de juicio la obstinación de la gente por buscar la enfermedad mental detrás del crimen y sostiene que, hasta el siglo XVIII, el Mal, así con mayúscula, era interpretado como una posesión del diablo, pero está demostrado que esa interpretación está asociada al pensamiento mítico y nada tiene qué ver con la ciencia. “En realidad, la mayor parte de los criminales son gente normal, e incluso suficientemente inteligentes para llevar a cabo crímenes muy complejos”.
Thomas Szasz no es el único que ha abordado el tema en esta perspectiva, ni el único que ha denunciado “la represión de la locura con su cortejo de camisas de fuerza, encierros y electrochoques, lobotomías y embrutecimientos químicos”. Se remite al francés Michel Foucault y su “Historia De La Locura” y menciona al inglés Ronald Laing y sus combates en el mismo sentido, protagonizados en la Gran Bretaña.
Para tranquilizar a quienes lo escuchan, Szasz se apresura a resaltar las diferencias entre su enfoque y el de Foucault, quien insiste en culpar de todo a la burguesía. Expresa: “yo no pienso que los locos sean seres superiores, víctimas de la sociedad capitalista…”.
Claro que no lo piensa, nunca lo pensó. Szasz siempre militó en la derecha.
10 respuestas a «¡Lo-cura a lo loco!»
Me encanta que hoy la columna esté dedicada a la locura porque así me siento libre para expresar la mía…
Lo de Argentina com Milei definitivamente me dio la razón: su mismo nombre lo indica
Mi – leí.. tan natural en esas tierras como confirmar a Maradona como un dios y de añadidura se quedaron con el otro dios de los Romanos actuales.
Luego en venezuela aparece ese extraño personaje con pinta de Stalin, bigotes y todo, chofer de una guagua en el justo momento en que esa tierra está Madura y a punto de iniciar su proceso de putrefacción.
En los estados unidos finalmente hace su triunfal regreso el niño malcriado Riki Ricón
De las caricaturas de los años 60
Con una Trumpeta feroz para imponer todos los valores decadentes que produjo aquella sociedad insaciada.
De Nicaragua y su Ortega sólo puedo afirmar que por esas tierras el animismo y la magia misteriosa y bestial es más fuerte que en África..! Sospecho son los rezagos de una gran civilización que los dejó tirados…
Y por lo de Robert Kennedy ya casi se le dá el milagro: que la central de ignorancia americana confiese que se lo cargó por órdenes de David ben gurion para que no dañara un destino divino manifiesto…
Eduardo, esta mirada tuya es mordaz, es cierta y es divertida. Muchas gracias por leer.
Muchos políticos se hacen elegir para cometer ” locuras”.
Otros nos hacen creer que no están locos
Otros quieren vivir como locos
Los psiquiatras tal vez enloquecen más a sus pacientes
Este mundo es un desenfreno…..se vive a lo loco !
Será que hay que elogiar la locura como decía Erasmo de R.
Carlos hola. Tu aporte es una mirada holística. Gracias por leer y comentar.
Y Petro, que?
Hola Eduardo. Petro, en la lógica descriptiva del doctor Thomas Szasz, es un individuo con comportamientos que nos perturban…
Exquisita su columna de hoy, y muy geniales y divertidos los comentarios de quienes son sus seguidores. Leer sus escritos amplían mi cultura y me obligan a consultar los textos o referencias de las cuales usted hace mención. Saludos
Efe buenos días. Mucha gratitud con tu comentario.
Holistico relato. Nuestra realidad, compuesta por tantas otras, contemporáneas y divergentes todas nos plantea análisis que pueden enloquecer a cualquiera. Ya la historia nos muestra cómo, a través del tiempo cualquier teoría puede ser una muestra de cordura o el ejemplo de lo más loco que alguien pudo imaginar: “todo depende del cristal con que se mire” ( dice la canción )… ocurre lo mismo con las mentiras: en Colombia y el mundo se repiten tantas falsedades que terminan por ser aceptadas como verdades. Aterrizando un poco el análisis, voy a referirme a un tema, ese si de interés prioritario para todos los ciudadanos y es el caso de nuestro sistema de salud pública: la exminsalud, Dra. Carolina Corcho ( casual y coincidentemente médica siquiatra ) ha estudiado el asunto desde hace décadas y demuestra con datos en la mano que el problema es estructural, es decir: es el
modelo el que está en crisis, nuestro país es el único en el mundo donde los dineros públicos ( en este caso de la salud ) son administrados por empresas privadas, si, las EPS reciben 90 billones al año ( en pago anticipado ), pero a nadie rinden cuentas, ese dinero rueda por ahí y se invierte en todo menos en cuidar la salud de los enfermos. Fuero más de 150 las Empresas Promotoras de Servicios las creadas a partir de la ley 100, de esas sólo hay 5 funcionando, las demás ( la casi totalidad ) quebraron dejando enormes deudas con las IPS (Instituciones Prestadoras del Servicio) que nadie va a pagar, es papá gobierno el que tiene que responder. Todos los partidos políticos de derecha son propietarios de ellas, por eso ninguno vota si a la reforma a la salud porque eso significa quedarse sin esa teta. “Un botón basta de muestra, los demás, a la camisa…”. Podría seguir ligando el tema que nos ocupa con nuestra terrible situación nacional pero entiendo que no es el momento ni el lugar pero vale, siempre es bueno aprovechar cualquier tribuna para echar una mirada a las locuras que nuestras encopetadas élites hacen con nuestros recursos. Para terminar y volviendo al tema: no hay día en que los medios corporativos no denigren, mientan ni dejen de calumniar al gobierno, llevamos alrededor de 1.000 días en esas, consumiendo la sopa envenenada que nos sirven, menos mal están RTVC y los medios institucionales, ellos y los comunicadores alternativos nos cuentan la verdad desde distintas ópticas, así al menos tenemos la posibilidad de contrastar la información para sacar ahí si nuestras propias conclusiones. Gracias Alberto por sus escritos, ellos nos permiten oxigenar un poco la andanada de falsedades con que a diario nos atacan.
Hola Álvaro. Creo que los matices que configuran las maneras de mirar los hechos y los comportamientos de la gente, son infinitos. Muchas gracias por tu lectura y por tu comentario. Abrazo