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Roa…¿roe?

Por Alberto Morales Gutiérrez

La historia de la mediocridad es tan antigua como la de la civilización. La ineptitud, la incompetencia y el cinismo operan como una especie de inmanencia que caracteriza a algunas personas. Su condición las habilita para ser matreras, truchimanas, escaladoras y sinuosas. Son capaces de alcanzar (a fuerza de relamidas, lagartas y serviles) cargos de enorme poder.

Hay ejemplos francamente dramáticos en nuestro país: un tal Barbosa que llegó a la fiscalía general de la nación; un tal Duque que llegó incluso a la presidencia. Son muchos más, pues este tipo de gente abunda.

El fenómeno es universal y de tal magnitud que en el siglo XVII, el 6 de agosto de 1644, en St. Maries, Oxford, un predicador indignado, Pablo Gosnold, utilizó por primera vez la palabra “caquistocracia”, haciendo una composición con dos término griegos, para referir y definir el “gobierno de los peores”. Hoy en día el uso de este vocablo es recurrente. ¡Estamos rodeados!

El tema me asaltó a propósito de la carrera laboral del señor Ricardo Roa, a quien el gobierno del cambio le ha asignado no pocas responsabilidades y cuyo actuar desencadena, a su vez, no pocos interrogantes.

La información en el sentido de que inició su carrera profesional en 1998, hace suponer que tenía 38 años (nació en 1960) cuando fue nombrado como director del gremio de las empresas de servicios públicos ANDESCO. No se sabe qué hacía antes, pero fue paciente y llegó donde era.

Dado que ese tipo de cargos que requieren un gran ejercicio del “lobby”, exigen muy buenas relaciones políticas, se me viene encima una de sus afirmaciones categóricas: “yo no soy cuota ni he tenido nexos con ningún partido político”. La verdad es que, si no los tenía cuando llegó a ANDESCO, los hizo en abundancia y con éxito en un lapso muy corto, pues a los cuatro años fue nombrado gerente de comercialización de la Electrificadora Santander. Lo nombró el exsenador conservador José Vicente Villamizar, quien era el gerente general.

Roa tiende a ponerse bravo cuando testigos de esa época afirman que reemplazó a Villamizar en esa gerencia en el 2007, gracias al impulso del senador Oscar Reyes (condenado en el 2012 por parapolítica). Fue por esos días que afirmó que no era cuota de nadie.

Diferentes medios coinciden en afirmar que, por el contrario, ha contado siempre con padrinos políticos de los más diversos partidos. Roa se sabe mover. Estuvo allí tan solo dos años, hasta el 2009, pues salió luego de que EPM adquiriera la mayoría accionaria de esa electrificadora.

Los siguientes tres años trabajó con la organización Ardila Lulle como gerente de negocios de energía. Le fue bien consiguiendo nuevos amigos, entre ellos, el empresario William Vélez y el político Gustavo Petro. ¡Gente de todas las orillas!

Cuando este último llegó a la alcaldía de Bogotá en el 2012, lo llevó a la gerencia de TGI, la Transportadora de Gas Internacional, filial de la Empresa de Energía de Bogotá, y dos años después, fue nombrado presidente de esa entidad. Estuvo allí entre 2014 y 2016. Ya para entonces, según las denuncias, Roa era experto en malas mañas…direccionamiento de contratos, imposición de nombramientos. Cosas así.  

Hay una pregunta no resuelta que me genera mucha inquietud. Al salir de EEB en 2016, Roa pasó fugazmente por CELCO y por la Termoeléctrica la Luna (no se de quiénes serán esas compañías) y se fue a trabajar en 2019 con William Vélez en la concesionaria de energía que este tenía en Honduras. La cercanía de ese empresario con Álvaro Uribe es conocida y se trata de una figura pública nada grata para Petro. El presidente del cambio se ha referido al empresario como parte de “mafias paramilitares”. Uno podría imaginar que tal decisión habría causado fisuras en su amistad con el ingeniero mecánico, pero no fue así. ¿Cuál será el talento de Roa para Petro y para la política del cambio?

Y entonces, el 28 de enero de 2022 fue nombrado gerente de la campaña presidencial. Su misión, conseguir los recursos para la recta final. Hizo la tarea. Consiguió más de lo que la ley permitía y violó los topes. Lo acompañaron dirigentes muy hábiles en esos menesteres como el archiconocido Armando Benedetti. Hicieron buenas migas y hablaron con los que tenían que hablar. Las investigaciones aún no se detienen.

Ya en el poder y lleno de gracia, el círculo virtuoso de Ricardo Roa se cierra con su nombramiento como presidente de ECOPETROL. En trance de figura pública, habla por los medios, amenaza con demandas, denuncia conspiraciones en su contra y presenta informes de sus “éxitos”. Se le nota la dicha.

Miente mirando a los ojos, responde con suficiencia. “No, no conozco a ese personaje”- dice a propósito de una denuncia- y al otro día, como pruebas de una larga amistad, le publican fotografías con el susodicho personaje, pero él no se inmuta. Tiene la certeza total de que no le va a pasar nada.

¿Que su pareja interviene en asuntos de la empresa, recomienda personajes, presiona, consigue negocios? ¡No, señor! Todas las acusaciones son infamias y persecuciones (el viejo truco). La prueba es que su esposo no tiene ningún contrato con ECOPETROL. ¿Vio?

Roa se autodefine como el colombiano más perseguido, más fustigado, pero tiene la “tranquilidad” de su recorrido profesional y de sus logros. Ha de saber usted que, según él, ECOPETROL está viviendo con Roa el periodo más luminoso de su historia.

Su célebre monólogo con El Tiempo en donde “lo aclara todo” sobre la compra de su estruendoso apartamento, deja dos afirmaciones en las que creo profundamente. La primera:“no hay la más mínima posibilidad de demostrar y comprobar lo que el señor (Johny Giraldo) está diciendo sobre que yo acudí a William Vélez para apalancar la compra o las mejoras ni nada que tenga que ver con mis activos o con mis bienes”. No. No debe haber manera, claro. Sobre esas trapisondas no se firman documentos. La segunda sobre las modificaciones que hizo en el mismo y el lío con este proveedor: “si yo de entrada hubiera sabido que las mejoras iban a valer más de una vez lo del departamento, jamás habría entrado en eso”. Le creo. El “brillante” ejecutivo no hizo ningún análisis ni valoración alguna; no pidió cotización, no sabía la dimensión de las reformas que había emprendido. Todo apunta a que su proveedor apareció como por arte de magia y que han debido hablar del trabajo, pues este se hizo, pero nunca hablaron de plata. Realmente, Roa nunca sabe, él solo hace las tareas que le encomiendan.

A estas alturas, nadie sabe tampoco, ni puede imaginar, lo que el gobierno del cambio le tiene previsto al ingeniero para el 2o25. Lo que no admite duda es que, para Gustavo Petro y el gobierno del cambio, Ricardo Roa es un personaje muy importante. Buen muchacho, dicen.

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32 respuestas a «Roa…¿roe?»

Los recodos oscuros en el Gobierno de Gustavo Petro, propios de la administración pública, en los que la izquierda es incapaz de poner luz.

Hola Willian, gracias por leer y comentar. De cara a esos recodos, amigos, protegidos, la pregunta válida es: ¿si es ese un gobierno de izquierda?

Jajajaja…tremenda pregunta: ” si es ese un gobierno de izquierda”.
Noooo si fuera de izquierda pura y “madura”, estaríamos como el dialogo
del gallo en el coronel no tiene quien le escriba, comiendo mierda si no se la
roban tambien!……..

Hola Felipe, que bueno verte por aquí. Muchas gracias por tu lectura y comentario. No, el gobierno de Petro no es un gobierno de izquierda, el de Maduro tampoco. No es un gobierno de izquierda el de Boric, ni el de Lula, ni el de Ortega. Buena parte del drama del mundo contemporáneo es que conceptos como el de la “izquierda”, el de la “justicia”, el de la “equidad”, le resultan amenzantes a amplios sectores de la opinión. Les resultan espúreos, peligrosos, porque asumen (como les enseñó Fukuyama) que con la economía de mercado y el imperio del capital financiero, ya habíamos llegado a la cúspide de la historia. ¡Déjate ver hombre!

Hola Eduardo. Muchas gracias por leer y comentar. El periodismo lo hacen las fuentes encontradas, con excepciones, desde luego. El Tiempo, por ejemplo, es vergonzoso. Roa “confiesa” no haber sabido nunca cuánto iban a costar las refacciones de su apartamento (en una evidente confesión de las particularidades del negociado)y a la periodista no se le ocurre preguntarle por qué no pidió una cotizacion

“Si es este un gobierno de izquierda”
Que disque piensan en el pueblo; cuando en realidad ” al pueblo nunca le toca” libro de Alvaro Salom Becerra.
Se imaginan Ustedes los gobiernos de derecha por mas de 200 años trabajando solo para llenar los bolsillos de todos sus familiares, amigos y compinches.

Gobierno de izquierda? Jajajajaja! Se disfrazó Petro de izquierdista, tira piedra y jefe (en la sombra) de la primera linea y con sus amigotes asaltó la buena fe de millones de compatriotas y hoy vemos el resultado.

A mí también se me ha sembrado la idea Eduardo, de que hay en todo esto un ingrediente notable de asalto a la buena fe de muchos colombianos.

Todavía sigues creyendo que por fuera del carbón y el petróleo ¿No hay salvación?
Ni de izquierda ni de derecha, con un compromiso por los más as pobres y por el planeta. Así de sencillo.

Hola Juan. Siempre me gusta leer tus comentarios agudos. Siempre los agradezco. ¡Sabes?, no escribí sobre el carbón y sobre el petróleo. Lo hice sobre Ricardo Roa y su historia laboral y sus amigos y sus evidentes desafueros. Luego hablamos de fuentes de energías, energías malas y de las otras. Abrazo.

Si vamos a expurgar en la biografía de todos los asesores, escuderos y funcionarios de los gobiernos, siempre existirán suspicacias, dudas y hallazgos desagradables, unos más que otros y siempre susceptibles a ser investigados y eventualmente “juzgados” por la historia. Esperamos resultados, y estos se están dando en el marco de una nueva estructura económica, digamos que “progresista”.
Que pena que no te respondí en un solo bloque. Mi madre me requería con urgencia.

Juan Fernando hola. No todos los asesores y escuderos del gobierno de Petro ameritan ser expurgados. Un caso como el de Roa sí vale la pena, porque es un tipo extraño, sinuoso, con amigos no solo muy enlodados sino altamente representativos de todo lo que supuestamente el gobierno del cambio quiere cambiar. Imagínate: Willian Vélez. Creo que es razonable tener vigilancia sobre la coherencia, porque si no lo hacemos, si todo lo que hace el gobernante está bien y pensamos que el gobernante es inmáculo, le estaríamos entregando una patente de corso que no aporta a construcción alguna.Abrazo de nuevo.

Perdóneme, don Juan Fernando, ¿Usted quiso decir “Expurgar” o”espulgar”? por qué la primera quiere decir Extirpar, destruir, etc en cambio la segunda indica buscar, sacar a la luz. Yo creo que usted quiso decir la segunda

Don Alberto, no he visto un análisis de los gobiernos y/o vida política del Sr. Álvaro Uribe Vélez. Si lo ha hecho donde lo puedo leer o como llegar a obtenerlo. Gracias

Don Alberto, no he visto un análisis de los gobiernos y/o vida política del Sr. Álvaro Uribe Vélez. Si lo ha hecho donde lo puedo leer o como llegar a obtenerlo. Gracias

Hola Olmedo. Debo tenerlo porque llevo muchos años en este ejercicio y el tipo ha sido siempre un peligro para la sociedad. Buscaré y te contaré.

Si ese Sr. ROA; ROE? Evidentemente su trayectoria le hace pelar la risa burlona; socarrona que tanto truena y resuena con la venia de tantos y tantas y tontes; aplicando la inclusividad de oportunistas en la feria de las vanidades…….egocéntricas como por variar del congreso y gremios y aliados…….

Hola Juan. Muchas gracias por leer y comentar. Creo que tu definición es certera:la feria de las vanidades…

La clase política de siempre lleva la corrupción en los tuétanos. El gobierno actual se ha equivocado y se le notan más los desaciertos, pero no tengo duda que el progresismo debe avanzar y lograr derrotar en las urnas a los vagos que se han lucrado de los campesinos, arrasando sus tierras y exprimiendo la teta del Estado. Y ya sabemos quienes son….

Muy buen análisis, creo que es la labor del periodista de investigación y de opinión. Yo creo que Ricardo Roa no es ni mejor ni peor que otros, pero es muy claro que está al frente de la empresa de capital público más importante de Colombia y no ha dado muestras de transparencia. Mi presi no lo tocará pues como dicen los mafiosos “sabe demasiado” muy triste ver que el “progresismo” no nos deja progresar.

Hola Manuel, muchas gracias por tu lectura y comentario. Algo tiene que saber Roa para generar tal respaldo presidencial.

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