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El idiota y la ONU

Podría decirse, con todo respeto, que se trata de una imbecilidad, a partir de esa definición según la cual el imbécil “padece una deficiencia cognitiva que le impide alfabetizarse aunque sea capaz de utilizar el lenguaje hablado”; pero en honor a la verdad, la palabra no encaja en ese exabrupto.

Por Alberto Morales Gutiérrez

La Oficina de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas entregó, el miércoles de la semana anterior, un informe desgarrador sobre las jornadas del Paro Nacional vividas a partir del 28 de abril de 2021, en el que llama la atención sobre los desmanes de las fuerzas policiales.

Es un informe serio, es un informe responsable y rigurosamente documentado.

El señor Duque y sus corifeos del gobierno se han apresurado a despreciarlo, con el argumento de que se trata de un ataque a la institución policial y a la institucionalidad colombiana. La narrativa oficial asume que están siendo juzgados sin haber vivido un debido proceso y reitera sin pestañear que “la policía no ha masacrado a nadie”. Sí, que “¡no ha masacrado a nadie!”.  

Ese último desaguisado si bien no produce sorpresa alguna, habida cuenta de la suma de reacciones que el país y el mundo ya conocen, en las que se hacen afirmaciones delirantes sobre los más variados temas; si convoca a reflexionar sobre cuáles son las características que se requieren, para que una persona asuma tal desfachatez sin ruborizarse.

Podría decirse, con todo respeto, que se trata de una imbecilidad, a partir de esa definición según la cual el imbécil “padece una deficiencia cognitiva que le impide alfabetizarse aunque sea capaz de utilizar el lenguaje hablado”; pero en honor a la verdad, la palabra no encaja en ese exabrupto.

Busque usted los significados de  menso, necio, estúpido, que instintivamente y con indignación, podrían ser términos peyorativos para definir la actitud presidencial, pero sería caer en un lugar común y proferir un insulto solo con la precaria calidad del insulto.

Decir que se hace el tonto, en el sentido de que “finge engañosamente no darse cuenta de las cosas”, tampoco corresponde a la realidad, porque tanto el hombrecito como sus áulicos si se dan cuenta exactamente de lo que están haciendo.

La palabra idiota, por el contrario, si cumple todos los requisitos.

Es una expresión “derivada del griego idiótes (persona privada de habilidad) ciudadano privado y egoísta que no se ocupaba de los asuntos públicos”. Usted escarba más en los diccionarios y encuentra al idiota definido como “alguien con una conducta poco pertinente”.

La respuesta del señor Duque y sus funcionarios, es una respuesta idiota, sin lugar a dudas.

Desde luego que, como lo destaca el informe “hay razones fundadas para sostener que, en el contexto del Paro Nacional, se habrían cometido violaciones a los derechos humanos”.

Abundante material filmado demuestra hasta la saciedad “el uso desproporcionado de la fuerza”

Tiene que tenerse un desprecio total por la vida para no visibilizar sensibilidad alguna sobre las alegaciones documentadas en torno a 63 personas muertas en el contexto de las protestas, de las cuales se han verificado de manera indiscutible 46 de ellas. El 76% de las víctimas murieron por heridas de bala.

El informe expresa que “existen motivos razonables para afirmar que, en al menos 28 de estas muertes, los responsables habrían sido agentes de la policía y que, en al menos 10 de esas 28 muertes, estarían involucrados miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la Policía Nacional”.

La Organización de las Naciones Unidas hace un llamado más que razonable a las autoridades colombianas para reformar su “forma de gestionar las protestas para evitar más pérdidas de vidas y más personas heridas como ha sucedido durante las manifestaciones masivas que tuvieron lugar…”

Pero no, a Duque y su séquito, sumergidos en la idiotez, gestionar las protestas para evitar más pérdidas de vida no les interesa y no los alude, porque aquí “la policía no ha masacrado a nadie”.

Este Haiku de Ogiwara Seissensui parecería cantar premonitoriamente:

Cuando canta la cigarra,

Cuando canta,

Canta en coro

Y el sol muere.

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8 respuestas a «El idiota y la ONU»

Alberto y creo que también deberías decir algo a propósito de que el GEA cuando es atacado por Guilinski diga que el valor de sus acciones está subvalorado. ¿O no te parece? Evadiendo impuestos y defraudando a sus accionistas minoritarios durante más de 20 años y tú opinador independiente y honrado, ¿vas a guardar silencio?

Gracias por leer John. He pensado en no participar en las contradicciones entre grupos económicos. Cualquier cosa que diga favorecerá al contrario y, eso, no me lo perdonaría.

Yo ya estoy muy viejo para que vengan a tratar de lavarme el cerebro algunos descerebrados. Te consideraba mas cuerdo y más patriota, hombre Alberto. No desperdicies tu tiempo conmigo.

Está bien Eduardo. Creo que debes mantener tu actitud. Lamento que tu percepción sobre mi cordura se haya derrumbado. Son los riesgos que se corren cuando escribes opiniones. Abrazo

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