La votación por el procurador Eljach no implicó la búsqueda remota de alguna fórmula de beneficio común. Fue una entrega delirante de todos los principios, entrega de la dignidad, aniquilación de la ética, construcción afrentosa de un aplauso unánime a las prácticas más perversas, a la corrupción más desembozada, a la impunidad entronizada. Por Alberto […]
Un procurador con muchos dueños…
