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¿Corrupto yo?

Por Alberto Morales Gutiérrez

Desde tiempos inmemoriales, la historia de este país ha sido sacudida por la corrupción más desembozada. Un fenómeno sistemático y creciente que fue gestando una especie de engendro al que podríamos llamar “el partido de los amigos”, concebido exclusivamente para esquilmar el erario, y en el que hoy confluyen en contubernio todas las fuerzas políticas.

Es desvergonzada la alianza de liberales, conservadores, verdes, Centro Democrático, la U, Cambio Radical (en compañía de la multitud de denominaciones que van adoptando los grupos y grupúsculos organizados por los empresarios electorales) para apoderarse con voracidad de todos los recursos y empresas del Estado. Una alianza perversa a la que se incorporan contratistas, jueces, magistrados, abogados, periodistas fletados, medios envilecidos; también curas y jerarcas, policías y militares contaminados; oficiales de alto rango, traquetos y paramilitares. Es un grupo variopinto, la lista es larga y ancha.

Habrá notado usted que, de cara a la corrupción, esos políticos borran sin escrúpulos todas las “diferencias ideológicas” que dicen mantener. De hecho, lo que hacen es actuar sin vergüenza en una elaborada puesta en escena, para dar la falsa idea a esos sectores incautos de la opinión pública, de estar protagonizando una enconada “lucha” política. ¡Pura fachada!

Fueron esos mismos personajes fatídicos quienes concibieron y aprobaron la Ley 1474 de 2011, que denominaron pomposamente “estatuto anticorrupción” y que, transcurridos 13 años de su promulgación, no ha mostrado avances significativos en esa materia.

Los estudios nacionales, regionales y globales, dan cuenta de la precariedad ética que nos acompaña y todos los indicadores son deplorables. Las encuestas dicen que los colombianos consideran a la corrupción como “el segundo problema más importante del país“.

Fue en el marco de ese escenario desolador que, en la pasada campaña electoral, un amplio sector de la opinión pública, exhausto, pidió a gritos un cambio. El candidato Gustavo Petro de ese entonces, les dijo al enfrentar la segunda vuelta:“no estamos aquí para engañar con un discurso. Tenemos que decidir si seguimos por el camino de las frases huecas y aletargamos por cuatro años más el cambio de Colombia” y las gentes le creyeron. También expresó de manera categórica que “la corrupción no se combate con frases de Tik Tok, la corrupción se combate arriesgando la vida” y las multitudes lo aplaudieron. Gustavo Petro ganó sin discusiones.

Conmueve la dimensión de la esperanza que tal triunfo desencadenó. Un amplio sector de la opinión pública, incluyendo intelectuales, artistas y académicos de diferentes orígenes, soñaban con “la nueva era” en la que el país acababa de ingresar.

Al principio, hubo sorpresas y mucha condescendencia, cuando se evidenció el poder y las responsabilidades asignadas a figuras emblemáticas de la vieja política nacional, (los Roy Barreras, los Benedettis) cuyo palmarés ético no se compadecía con el discurso del cambio. Se arguyó en ese entonces (todavía algunos lo argumentan) que se trataba de una hábil “estrategia” de neutralización de los contrapesos, para poder llevar a cabo las iniciativas transformadoras. Pero no era así. Los cargos de responsabilidad en múltiples entidades nacionales se empezaron a entregar sin consideración a emisarios de la archiconocida corrupción nacional, que seguía operando como si nada.

Rápidamente las propuestas de “reformas revolucionarias” empezaron a ser sospechosamente aplaudidas por los organismos internacionales que representan los intereses del gran capital; el gobierno Biden hacía continuas referencias a la calidad de aliado incondicional que exhibía el señor Petro; la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur del ejército de los Estados Unidos empezó a hacer visitas regulares al país y a recibir informes; se anunció que Gorgona sería una base militar gringa; los sindicatos de maestros que habían hecho votos de fe petrista fueron agredidos con reformas que obligaron a su movilización, y ya sin pudor alguno, empezaron a surgir los escándalos por todos los frentes: compras irregulares de tierras y negociados amparados en el discurso fatuo de la reforma agraria; mentiras flagrantes como la supuesta entrega del parque eólico Japúrache a la comunidad Wayúu, cuando se trataba de un parque que había cumplido su ciclo tras veinte años y se encontraba en proceso de desmonte; los carrotanques que llevarían agua a la Guajira terminaron siendo la fachada de un robo descomunal; las trapisondas, negociados y alianzas políticas vergonzosas de Nicolas Petro, el hijo del presidente, llegaron a niveles inocultables; las andanzas de su hermano Juan Fernando Petro haciendo extrañas tareas al gobierno sin ostentar cargo alguno, se hicieron públicas y, para cerrar el círculo vicioso, aparecieron evidencias sobre maletines llenos de dinero en efectivo que transitaban por las manos de su gente más cercana: Laura Sarabia, Olmedo López; el barril sin fondo del asalto a la UNGRD; las adiciones presupuestales y negociados del ministro Bonilla; las oscuras operaciones de entrega de miles de millones de pesos a congresistas de la “oposición” y a reconocidos caciques electorales; las adjudicaciones de contratos multimillonarios a empresarios que aportaron a la campaña. Nada nuevo desde luego. “La misma perra con distinta guasca” diría el campesino sabio.

Es patético. Mientras sectores engañados de la opinión pública se tragan sin masticar la narrativa de que “la oligarquía no quiere que se haga el cambio y lo está boicoteando”, Sarmiento Angulo se relame de la felicidad con el negocio formidable que le ofrece la reforma pensional, para no citar sino un ejemplo.

Como ha ocurrido siempre, el país escucha discursos y contradiscursos ubicados en los territorios de la denominada “guerra cognitiva” y construidos con perversas intenciones de confusión. Se hizo cierta la frase de Giuseppe di Lampedusa: “que todo cambie para que nada cambie”. ¡El gatopardismo está desatado!

Por favor, dígame usted ¿cuál es la diferencia entre el “no recibí dineros ilícitos” de Iván Name, “todo fue a mis espaldas” de Ernesto Samper, “mis hijos no son testaferros de nadie” y “yo nunca me reuní con paramilitares” de Álvaro Uribe; “soy completamente inocente” de Benedetti y el tajante “ ¡los corruptos son ustedes! ” de Gustavo Petro?

Máscaras, todos actúan con sus máscaras. Las máscaras, que al decir de Gianni Vattimo, están conectadas con la decadencia, las máscaras que visten la apariencia. Las máscaras que instrumentan el engaño…

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44 respuestas a «¿Corrupto yo?»

Excelente artículo estimado Alberto. Así he pensado y no de ahora, desde los conflictos en el Polo Democrático ya se olía lo que era verdaderamente Petro.

Hola Eduardo. No dudo que Petro dejó señales por donde quiera que pasó. Abrazo agradecido.

El Maestro Carlos Gaviria y en ese entonces el senador Jorge Robledo lo tenía un bien ubicado.
El tiempo les dió la razón sin lugar a dudas.
Petro acabo con el Polo.

Muchas gracias Rosalba por leer y comentar. Comparto contigo la idea de que el actuar que Petro exhibe hoy no surgió por generación espontánea, sino que tiene una larga historia.

Para acceder a administrar el Estado colombiano ganando unas elecciones se debe echar mano de todas las trapisondas culturales que caracterizan al pueblo iberoamericano, – todas ellas derivadas de los trescientos años de coloniaje español- portugués- a saber :
. Servilismo hacia la nobleza y a la aristocracia: “Para mí o para mi grupo, todos los méritos, para él o su grupo, todos los defectos y los vicios” De ahí que las élites no roben (en Colombia 55 billones anuales), sino que tengan “descuidos”, “deslices”, “abusos”
. Racismo. El criollo blanco hijo de españoles o portugueses – en el caso del Brasil- eran “manchados por la tierra” por lo cual no tenían los mismos derechos que los nacidos en la metrópoli. En la actualidad uno de los argumentos para justificar el rechazo al presidente es “No me gusta porque es costeño, boquimorao y muy feo”
. Estado débil donde no se garantizan los derechos, excepto para las élites blancas descendientes de los españoles esclavistas y despojadores. El ejemplo más claro es el estado feudal en que nos encontramos. El 0.8% de la población es dueña del 80% de la tierra fértil.
. Tendencia al cacicazgo y al padrinazgo. Derivado del servilismo y el absolutismo que crea la sensación emotiva de estar protegido. Al padrino se le invoca y se le ofrece la vida para obtener protección y privilegios. Los “lambones” entre nosotros. El talante uribista es muy demostrativo: el padrino protege, brinda seguridad, por lo tanto devoción. De ahí la historia de todas las dictaduras y tiranías en Iberoamérica.
. El convencimiento de que los dineros del erario pertenecen a quienes gobiernan – generalmente las élites blancas- haciendo referencia al absolutismo de los Borbones.
Todo esto ha sido retroalimentado por el papel discursivo de la religión católica de corte español dolorístico: Se sufre y se acepta aquí para ser recompensado “después” y por el advenimiento del narcotráfico como fenómeno popular que permeó a la clase dirigente creando un comportamiento delictivo socialmente aceptado. Me atrevería a decir que ese comportamiento obedece a un Inconsciente colectivo de tipo delincuencial “Hecha la ley, hecha la trampa”, es más robar con elegancia parece que ya es una virtud: evasión de impuestos y el saqueo a los dineros públicos con la conformación de grupos para ello, según el período electoral. Toda una cultura derivada de la impronta dejada por la colonia.: Aquí se vino a saquear!! No así en Norteamérica USA Canadá donde no había oro.
La corrupción indolente nace de este fenómeno y es característica personal, individual, así nos duela y nos avergüence – un poquito-
Imposible que en el grupo de colaboradores del presidente Petro no existan corruptos, con semejante tesoro ( tesORO) en sus manos.
Ahí van cayendo, se va destapando la olla, si Benedety y Roy son de los mismos parlanchines y avispados, también caerán como los Olmedos y los Snyder. Como también los Interbolsa, los Guavio, los Oscar Iván ( perdonado por su confesor), los Nestor Humbertos, el Azuceno manizalita de Invercolsa y el familiar de “Nora los niños y yo…”, etcétera, etcétera
Pregunto:
Un hombre como Gustavo Petro que ha expuesto su vida demostrando toda la podredumbre de la élite gubernamental colombiana ¿será corrupto?
La gestión que lucha y pretende hacer, habla por él.
Ya es “El Hombre de las dificultades”

Hola Juan Fernando. Sí, la corrupción es endémica. Una enfermedad contagiosa que contamina lo que encuentra. No soy capaz de pensar hoy en un Petro gobernando y que todo ocurra a sus espaldas. Para mi es impensable que desconozca las presiones de Bonillla o de Olmedo, pues detrás de todos esos actos anida la negociación de votos con la corrupción. Es muy lamentable.

Lamentablemente, estamos tan acostumbrados a la corrupción en este país que ya nos parece imposible que pueda haber alguien honesto porque de inmediato se vuelve sospechoso.
¡¡TODO LADRÓN JUZGA POR SU CONDICIÓN!!

“Nuestros gobiernos no han pedido ser sino gobiernos de partido,y como tales intransigentes y feroces con los del bando contrario.camarilla de explotadores del erario publico-del que se creen dueños exclusivos-negadores sistematicos de toda justicia..”
Cita tomada del libro La Guerra de Tres años escrito por el general Jose Maria Vezga y Ávila director de los hospitales de sangre de la guerra llamada de los mil dias y mano derecha del general Benjamín Herrera jefe del ejercito revolucionario.
Hoy y siempre en la historia contemporánea nacional surge una y otra vez el reflejo de su sociedad y sus valores.
Este libro lo pueden bajar totalmente gratis de la biblioteca el Librototal. Com en la seccion santander se rebela, La guerra de tres años revisado y reeditado por Eduardo Martinez Ojeda.

Decepcionante y desesperanzador, en especial para las nuevas generaciones que por fin se habían decidido a participar en la vida política, social y cultural del país.

Si Sandra, es decepcionante y desesperanzador. Muchas gracias por leer y pasar por aquí. Abrazo

De quien es la culpa? uno de la falta de honestidda y valores de quienes estan en esos cargos publicos (todos) dos de la falta de justicia de leyes del mano lava mano tres de los votantes que son igual de corruptos al cohinestar eligiendo los mismos por unos puestos dadivas etc cuatro de un periodismo vendido corrupto mañoso y cabaretero cinco los llamdos enttes de control son es de descontrol y alcahuateria en conclusion somos un estado hcho a la medida de los bandidos jamas vamos a cambiar

Buenos días Jesus. Muchas gracias por leer. La posibilidad de cambiar existirá siempre. Nos corresponde desarrollar un alto grado de conciencia, de pensamiento crítico, de rebeldía.

En el juego político y la lucha por el poder se hace necesario hacer alianzas. Hoy a eso le llaman “Acuerdo Nacional” ; “Pacto Histórico”, etc sin embargo, Petro sin cuidar los objetivos de su programa político las hizo sin miramientos con personajes políticos de dudosa procedencia. La verdad finqué esperanzas en “el cambio”, pero estamos viendo más de lo mismo: Corrupción, inseguridad, unas narcoguerrillas envalentonadas y en crecimiento, un Clan del Golfo dominando el norte del país, inseguridad jurídica y un Presidente autista con una realidad de país distante del que padece el pueblo colombiano. Son resultados de una gestión ejecutiva que parece no tener claro para dónde va. El cambio de 37 ministros y 54 viceministros en escasamente dos años de gobierno dejan mucho qué pensar. El mensaje es de desgreño administrativo y que permiten que la corrupción obre a sus anchas. Será entonces cierto aquella frase de que los que somos de izquierda somos buenos para el debate y la agitación pero pésimos cuando se trata de administrar la cosa pública? La verdad, faltando dos años en los que algunos podrían pensar que se puede enderezar el rumbo, por el contrario, creo que puede empeorar. Las puertas se abren cada vez más para que la Derecha vuelva al poder. Saludos.

Gracias Fernando por tu lectura y comentario.No dudo que una de las consecuencias de todo este desmadre disfrazado de “izquierdismo” es una acelerada fascistización de la sociedad y de la política.

A mi siempre me queda la duda… cómo crian a sus hijos, qué valores siembran en ellos para entregarlos a la sociedad?
O será más fácil decir: “ yo no lo crié” ???

Hola Lucía. Eludir responsabilidades es también una práctica inveterada. Todo lo que está sucediendo es la tormenta perfecta. Muchas gracias por leer y comentar.

No podíamos esperar menos, de un gobernante con un pasado turbio…Queda en la conciencia de cada quien, por elegir a un personaje tan siniestro….examen de conciencia!!!

Hola Carmen, gracias por tu lectura y comentario. No dudo que los ciudadanos debemos reflexionar, atrevernos a pensar, ejercer la rebeldía.

Quien lea a Carmen es que hemos sido el ejemplo mundial de honorables presidentes. Con sólo el que desapareció a 6.402 humildes compatriotas para hacerlos aparecer como guerrilleros y mostrar resultados de su política de seguridad, podríamos hablar de personaje siniestro.

Maria E muchas gracias por tu lectura. Ese es uno de los más siniestros, sino el más…

Me dí el placer de leer su articulo. Éste es el pais del Corazón de Jesus, aquí nunca ocurre nada, todo lo investigan sin resultados. El que tiene la oportunidad de la torta, simplemente se fija cómo repartir un pedacito y no ocurre nada. El presidente muy orondo pide PERDÓN publico y anuncia *una investigación*… y el dinero, la platica? ya se desvaneció. Aquí nunca pasa nada, no falta sino que culpen al Sagrado Corazón de Jesus….

Octavio hola. Gracias por leer y comentar. No lo dudo. Esa platica se perdió.

Hola Octavio. ¿Cuál es el contexto de ese término moderación a que haces referencia?, no lo encuentro.

Si fuera “inmaculado” no hubiera llegado a la presidencia. Hizo alianzas traidoras, compró votos, pactos con mafiosos. Recuerden que no toda la mafia es uribista, etc. Si no lo hubiera hecho, estuviéramos en manos de Rodolfo y sus muchachos.
Lo importante es la GESTIÓN. No se escandalicen! Lo que está pasando es apenas lo normal cuando se empieza a destapar la olla y se solivian las cargas. Quedan dos años… dos.. Úpale!!!

Hola Juan Fernando. Es evidente que tu no te escandalizas. Yo sí. Me niego a entender que exista un tipo de corrupción buena y una corrupción mala o que la corrupción sea asumible como una estrategia para que llegue un momento en el que no haya corrupción…

Alberto. Un fuerte abrazo. Estoy en totaL acuerdo con todos y cada uno de tus renglones. Por algo combatimos a Petro y votamos en blanco. Es mejor solos que mal acompañados.

Carlos! Me emociona verte por aquí. Gracias por tu lectura. ¡Un abrazo inmenso!

Es muy triste ver que el cambio no se da… Petro en mi sentir no es corrupto. Todos los males del país están cifrados en esa clase dominante, de unos pocos amañados desangrando la teta Estado… el sistema no permite los cambios y hay que transar con los de siempre. Hay muchas luces en su columna, es una sociedad corrupta bien descrita…. Pensemos, porqué existe un Emilio Tapia, con dinero manejando la contratación estatal? Porqué si hay leyes para expropiar hampones, no se recuperan los dineros? No hay futuro con esa sociedad falta de ética…
Muchos de los comentarios a su columna me identifican. Gracias don Alberto

Hola Helena. Creo que la esencia de este tema que nos agobia es el de “la transacción”. Yo te doy, tú me das. Creo, con toda convicción, que transar con operaciones corruptas para instaurar una nueva era es absolutamente incoherente y el resultado final es más corrupción. Muchas gracias por tu lectura y comentario.

Alberto del alma
Una cosa muy diferente es “comer marra” jugando “bolas”, a robarse 600.000 millones como hizo Olmedo, o a dejar a cientos de viudas y jubilados en la ruina como se lució el barón de Interbolsa – que entre otras cosas ya salió de su cárcel de Llanogrande-; aunque ambas son corrupción. Ya vas a ver que en lo que falta del período presidencial, los Benedetti, los Roy, Nicolasito y de pronto Verónica -si se le fue la mano en plumas de ganso-, se verán a gatas con la Fiscalía. No creo que Sarabia, también de pronto mi tocayo. Y no es que el presidente les haya permitido robar, sino que ya no lo sorprendería. Son avatares de la soledad del caudillo: todo es posible en un país que siempre está mirando para hacer la trampa y después desfilar en las pasarelas de la virtud.

Muchas gracias Juan Fernando. Tocas un tema bien interesante a propósito de las máscaras de las que hablo: “la pasarela de la virtud”.

Si Gustavo Petro fuera corrupto, desde hace muchísimo tiempo estuviera en la cárcel. Y o recuerdo un declaracion de Abelardo De La Espriella: ‘ …a Gustavo Petro por la vía Jurídica no lo podemos parar …”
Lo que pasa es que al hoy presidente por honesto no lo soporta mucha gente.

Muchas gracias por tu lectura y comentario, Olmedo. Creo que la lógica de tu argumentación tiene un problema, puesto que desde lo que afirmas, podría decirse de igual manera que si Uribe fuera corrupto, Samper fuera corrupto, Vargas Lleras fuera corrupto, Sarmiento Angulo fuera corrupto, Roy Barreras fuera corrupto, Benedetti fuera corrupto, Name fuera corrupto, los Char fueran corruptos, Nestor Humberto Martinez fuera corrupto, desde hace mucho tiempo todos estuvieran en la cárcel. Un abrazo.

Interesante artículo que desvela con crudeza la triste realidad de este país esquilmado desde los inicios mismos de la República. Peor que el cáncer de las estructuras armadas de guerrillas y bacrim son las estructuras sin armas de los corruptos…y más criminales. Sin embargo pareciera por el contenido del artículo que Gustavo Petro es un corrupto del tamaño de Uribe, Duque, Vargas Lleras o César Gaviria y no es así. Hemos sido un país de bandidos y corruptos desde siempre pero mucho peor en los últimos veinte años de gobiernos uribistas que enquistaron las prácticas mafiosas y corruptas en absolutamente todas las instituciones del Estado. El país que heredó Petro fue un país corrompido hasta la médula en todos los organismos del Estado; congresistas, magistrados y altos funcionarios de los organismos de control conforman una siniestra mafia manejada no por Petro sino por los Uribes, los Vargas Lleras, los César Gavirias, y demás, que además son mayoría en el Congreso. A éstos “bandidos del poder” no les importa el país ni el pueblo, les importa es el poder y, acorde con ésto, lo que quieren es que a este gobierno le vaya mal, muy mal, para recuperar el poder en el 2026 y seguir usufructuando el Estado en su exclusivo beneficio y saqueando inmisericordemente los dineros públicos. Petro no es corrupto, pero con muy contadas excepciones, está rodeado de corruptos como el pícaro farsante de Olmedo López que no solo se cagó en el gobierno sino en la izquierda. Y desafortunadamente, hay que decirlo, sin mermelada no prospera ninguna iniciativa ni reforma en el Congreso. Sin el concurso de un pillo como Roy Barreras no se hubiera aprobado la reforma tributaria. El odio que ese torcido hablamierda de Jorge Robledo le tiene a Petro es porqué destapó el Carrusel de la Contratación en Bogotá de los hermanos Moreno Rojas que eran del Polo Democrático, razón por la cual Clara López, Carlos Gaviria y el mismo Robledo callaban. No ha habido nadie más valiente en este país en la lucha contra criminales, bandidos y corruptos que Petro…ni nadie que haya obtenido más éxito en ese propósito. Nadie tampoco ha tenido una inmensa lupa encima para detectar cualquier ilícito o acto de corrupción,
durante más de veinte años de persecución uribista , que Gustavo Petro…y no le han podido descubrir nada, absolutamente nada, con las ganas que tienen de acabar con él y defenestrarlo. Por supuesto que se ha equivocado mucho, pero tampoco es que tenga más opciones. ¿Cómo sacar adelante unas reformas en beneficio del pueblo y contrarias a los intereses de las élites si no es con la tal mermelada? Quisiera que algún genio me lo diga. Y no me parece justo que metamos en el mismo costal a Gustavo Petro al lado de tenebrosas y asquerosas ratas como lo son los del Centro Democrático y Cambio Radical , para no citar a algunos del Pacto Histórico como las Catherines, el JP Hernández y el judas de Olmedo López.

Hola Edgar. Muchas gracias. He leído con atención tu reflexión. Tengo dificultades para entender dos conceptos: el primero, asumir que todo lo que está aflorando en términos de corrupción sea una suma de sucesos en los que el señor Petro no tenga nada que ver, desconozca por completo y se haya hecho a sus espaldas; toda vez que las coimas, nombramientos y dineros circulantes se han hecho para procurar la aprobación de sus proyectos. El segundo, aceptar que la corrupción, las prácticas corruptas y las alianzas con los corruptos, son un imperativo para lograr reformas en beneficio del pueblo. Se me hace por lo menos exótica la tesis de que la corrupción entraña beneficios supuestos. Tu reflexión sobre la tradición corrupta de la clase política colombiana me parece muy acertado. Abrazo.

La corrupción de este gobierno, sobredimensionada por unos medios de comunicación que nunca vieron la descomunal corrupción de los gobiernos uribistas, es y seguirá siendo inevitable habida cuenta de que el germen de la corrupción está profundamente enquistado en nuestro ADN. Son miles los funcionarios públicos absolutamente podridos, como Sneider Pinilla, enraizados en todos los organismos estatales que han construido por años un desmesurado entramado de corrupción y criminalidad, una gigantesca telaraña que cubre toda la geografía del país desde Puerto Asís al Cabo de la Vela, y desde Leticia a Turbo. ¿Y quién es el superhombre capaz de erradicar en dos, o en veinte años, una corrupción que ha permeado todas las capas de la sociedad en lo público y en lo privado? ¿Cuál intachable adalid de la moral y de la ética, seguidor del precepto kantiano de que ” la verdadera política no puede dar ningún paso sin rendirle previo tributo a la moral”, se cree capaz de enfrentar desde la presencia, casi solo, a unos suprapoderes políticos, militares, empresariales y mediáticos, unidos en pérfido contubernio contra todas las políticas e iniciativas de un gobierno al que atacan con saña, “todos a una como en Fuenteovejuna”, porque si, porque no, porque también, porque tampoco, toda una variopinta manada de cafres, zafios, farsantes, vendidos, y hasta reconocidos intelectuales como William Ospina que prefería a un vejestorio pícaro y ruin como Rodolfo Hernández antes que a un Gustavo Petro, y ni hablar de babosos pseudo intelectuales como un tal Faciolince que no pasa de ser un mercantilista de la mierda, de esa mierda que a diario vomita en los medios de comunicación del establecimiento…y, por supuesto, que también hay excelentes críticos, de sólidos principios éticos, como usted don Alberto, que piensan igual que yo que “la política se debe prosternar ante la moral”.
De todas formas quisiera conocer a alguien capaz, desde la presidencia (que no del poder), sacar adelante unas propuestas y reformas lesivas para una oligarquía que no quiere ceder un ápice de sus enormes y excluyentes privilegios en pro de la justicia social. Hacer aprobar esas iniciativas sin mayorías parlamentarias es iluso, por no decir imposible.
Petro se enfrenta entonces a una difícil disyuntiva: retirar sus propuestas de cambio, o insistir en sacarlas adelante así sea pactando con el diablo y haciendo uso de la misma mermelada que sus nefastos predecesores utilizaron para legislar en contra de los intereses del pueblo.
Haga lo que haga será crucificado sin piedad: o lo van a atacar por incapaz y hablamierda que prometió mucho y no consiguió nada, o lo van a lapidar por corrupto y ser más de lo mismo.
Concluyo afirmando que para que Petro pueda medio sacar adelante sus propuestas y reformas tiene que untarle mermelada a toda esa catremanada de inmundos corruptos del establecimiento que son mayoría en el Congreso.

Hola Edgar. Desde luego, una visión razonable y pragmática del gobierno, del Estado y de la política, permite entender como válido que la corrupción no se erradica en pocos años. Es cierto que los corruptos enquistado en la administración pública hacen sus trapisondas y esquilman el erario y la dinámica de sus acciones, las más de las veces, no alcanza a ser detectada en tiempo real. Mi preocupación gira alrededor del hecho de que la corrupción a que se refiere la columna es aquella que han protagonizado los funcionarios cercanos a Gustavo Petro que están entregando dineros a manos llenas y contratos, para comprar los votos que necesitan para que se aprueben sus reformas, las de ellos, las que ellos están impulsando y cuyo carácter “transformador” pongo en duda, habida cuenta de que quienes más las aplauden y apoyan son el gobierno de los Estados Unidos y los organismos financieros internacionales. Muchas gracias por tu lectura y comentario.

Por supuesto que los hechos de corrupción de este gobierno, con el pago de coimas al presidente del Senado y a otros parlamentarios para sacar adelante las reformas, son lamentables y preocupantes, eso no se discute; pero hay un trasfondo que nadie parece ver y que es más preocupante aún, y es la manera como ese cuarto poder que son los medios de comunicación del establecimiento han atacado este gobierno desde incluso antes de posesionarse; no conozco un antecedente similar. Las Vickys Dávilas, las Salud Hernández, las María Isabel Rueda, las Darcy Quinn, los Néstor Morales, y todos esos periodistas al servicio de Luis Carlos Sarmiento, los Santodomingo, el grupo Ardila Lulle, el Gea, y las corruptas élites de este país… y, para colmo, muchos opinadores de medios alternativos le hacen creer a este pueblo de pendejos que el de Petro es el gobierno más corrupto de la historia y que nada ha hecho excepto promesas vanas. A ese títere bufón de Duque, que ha sido más corrupto que incluso Uribe, jamás le armaron semejante ataque mediático por sus múltiples y multimillonarios robos al erario; el robo de los 70 mil millones de pesos del internet de los niños pobres de la turca bandida de la Abudinem fue minimizado por esos mismos medios que hoy dicen que este escándalo de lo 4 mil millones es el más grave de los últimos años; los desfalcos de Reficar, el robo de las vacunas del Covid, y el escándalo de Odebrecht con asesinatos incluidos , para no citar sino éstos, han sido sepultados en el olvido por ese periodismo vendido y criminal que no se cansa de sobredimensionar de manera sesgada y sistemática cualquier falla de este gobierno y ocultar o minimizar sus logro. Más preocupante entonces que la corrupción de este gobierno (que es nada comparada con la de los anteriores) es el desmesurado poder de los medios de comunicación, y de sus periodistas mercenarios, que manejan y manipulan la opinión pública con todo tipo de supuestos, injurias, calumnias, medias verdades, desinformación, sesgos, ocultamientos y escándalos sobredimensionados, con el único objetivo de aniquilar a un presidente que no está al servicio de los poderosos ni de esta oligarquía bandida y corrupta, y que es honesto (nadie le ha podido comprobar que se haya embolsillado un peso de los dineros públicos en su ya larga carrera política ) y valiente. Da pena saber que todo este sistemático y concertado ataque ,permanente y sin tregua, contra el único presidente que ha osado enfrentar a la más poderosa y criminal y corrupta y miserable oligarquía de América Latina vaya a culminar con el retorno de los Uribes, y los Duques, y los Santos, y los Pastranas, al poder. Es lo que buscan no solo esos periodistas al servicio de los poderosos sino también detestables farsantes, ya desenmascarados, como Jorge Robledo que se hizo el de la vista gorda con el escándalo del Carrusel de la Contratación en Bogotá y que Petro denunció, de ahí parte el visceral odio que le tiene, aparte de la envidia.

Hola Edgar. Con todo lo que está sucediendo, tu premonición sobre la entronización del fascismo en las próximas elecciones me parece casi que irremediable.

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