La trampa está en la “voluntad de la jerarquía”, como dice Robert Antelme. El más fuerte somete al más débil, “el más astuto, el más bribón, el más armado, el más hipócrita, ponen al otro de rodillas, a sus pies”, y con total ausencia de toda ética, hay quienes prefieren “olvidar” qué es lo que hacen realmente esos fuertes, astutos, armados y bribones. Son, finalmente, marrulleros que simulan ser amnésicos…
Por Alberto Morales Gutiérrez
Norberto Bobbio, en su texto “De Senectute” (Taurus 1997) afirma que el mundo de los viejos, de todos los viejos, es de forma más o menos intensa, el mundo de la memoria. Se ha dicho que, al final, eres lo que has pensado, amado, realizado; pero él agrega que al final, terminas siendo lo que recuerdas. Hay, según Bobbio, una riqueza en los recuerdos y de aquellos que no has dejado borrar, tú eres el único custodio.
Con una especie de “melancólica desesperanza” concluye que debería permitírsenos vivir hasta que los recuerdos nos abandonen. No hay peor tragedia que la desmemoria.
Todo apunta, por ejemplo, a que el dramático suicidio de Primo Levi, cuando el 11 de abril de 1987 se lanzó del quinto piso del edificio en donde quedaba su apartamento, fue un acto de protesta indignada contra la desmemoria. Se dijo que ya no soportaba la creciente divulgación de las tesis revisionistas y negacionistas del holocausto nazi.
Primo Levi había nacido en Turín y era de origen judío sefardí. En 1943 se unió al movimiento partisano para combatir contra el fascismo, pero fue arrestado por los alemanes. Convencido de que si se declaraba insurrecto lo fusilarían de inmediato, optó por identificarse como judío y fue enviado a Polonia, al campo de Monowitz, que estaba integrado al complejo de Auschwitz, en donde pasó diez meses de horror antes de ser liberado por las tropas del ejército rojo el 21 de febrero de 1944.
A Auschwitz se le ha definido como “la puerta del infierno”. Se trata “de un acto de barbarie ultrajante para la conciencia de la humanidad”. Yakov Vincenko escribió en el diario El País de España: “ni siquiera nosotros, que lo habíamos visto, queríamos creerlo. Intenté olvidar durante años, pero después comprendí que eso sería convertirse en cómplice”.
Lo cierto es que durante los últimos 79 años se han hecho esfuerzos evidentes por construir una desmemoria frente al horror de esa experiencia execrable. Han hecho uso de narrativas cuidadosamente elaboradas, en donde se apela a la reconciliación entre los países, al perdón y a la distorsión histórica. Lo han logrado sin lugar a dudas. Pero lo que más puede sorprender es la dimensión de ese olvido entre el pueblo que fue víctima de las atrocidades cometidas. En Auschwitz fueron torturadas, disminuidas y asesinadas más de 1.300.000 personas, la gran mayoría de ellas eran judías, aunque también hubo prostitutas, homosexuales, prisioneros de guerra rusos, gitanos, entre otros.
La memoria viva sobre las atrocidades nazis, la monstruosidad y maldad de sus actos inhumanos, eso que se ha definido como “una de las culminaciones de la infamia”, debió haberse convertido en una lección para el mundo en general y para el pueblo judío en particular, pero no. Ahora mismo, merced al influjo perverso del sionismo que representa hoy Benjamín Netanyahu, toda esa fealdad, toda esa inmundicia, esa total ausencia de moral, cabalga en Gaza protagonizando un genocidio de grandes dimensiones en donde no hay límites para la atrocidad.
Se ha creado, en esto de las guerras, un mar de “olvidos” cuya vocación es marrullera. Esa lógica de que mis asesinatos son buenos y los tuyos son malos; mis masacres son necesarias y las tuyas no; mis torturas defienden la mejor causa, mientras tu causa no las justifica; es una lógica -digo- que está repleta de viscosidad.
Los fanáticos de la fuerza, los depredadores del capital, todos aquellos cuya inspiración es el negocio, la rentabilidad por encima de cualquiera otra consideración, saben que no pueden, ni quieren, ni tienen el más mínimo interés en ponerse límites.
En la Conferencia Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de una Corte Penal Internacional, 120 Estados aprobaron el 17 de julio de 1998 el Estatuto de Roma a favor de la constitución de una Corte Penal Internacional, cuya tarea sería juzgar precisamente los delitos de guerra, los genocidios, las atrocidades. No hubo aprobación, como es apenas obvio, por parte de Estados Unidos, China, Rusia, Israel entre otros, quienes se han negado desde siempre a reconocer a esta Corte.
Eso explica que, con una velocidad inusitada, desaparezcan de la memoria colectiva, de los medios, y de la historia, los hechos más atroces y sus responsables; mientras algunos, que son inocultables por su dimensión aterradora, son maquillados, relatados de manera diferente, edulcorados y matizados, de una forma tal, que se ha llegado al exabrupto de convertir la canallada de sus ejecutores en heroísmos libertarios.
¿Sabe usted algo del exterminio de los tutsis y los hutos en Ruanda?, ¿algún dato de los crímenes de los Jemeres Rojos en Camboya?, ¿una información, aunque sea pequeña, sobre la masacre de Srebrenica en Bosnia?, ¿la de los yazidíes en Irak?. ¿Cuál es la versión que usted considera cierta sobre lo ocurrido en Hiroshima y Nagasaki?, ¿conoce algún detalle del accionar bárbaro de las tropas estadounidenses en la guerra del Vietnam?, ¿alguna versión sobre la invasión japonesa a China en 1937 y las barbaridades cometidas?, ¿ha oído hablar del genocidio Herero y Namaqua cometido por los alemanes entre 1907 y 1915?, ¿tiene usted claras las intervenciones armadas de Estados Unidos en Latinoamérica en los siglos XX y XXI? (la lista del siglo XIX es larga y ancha) ¿alguna información sobre la intervención en México en 1914, en Haití en 1915, en Honduras en 1924, en Nicaragua en 1926, en Guatemala en 1954, en Argentina en 1955, en Cuba en 1961, en Panamá en 1964, en República Dominicana en 1965, en Guatemala en 1967 y 1969, en Chile en 1973, en Argentina en 1976, en Granada en 1983, en Nicaragua en 1983 y 1986, en Panamá en 1989, en Haití en el 2004?, ¿sabe usted si en esas intervenciones hubo abusos, hubo sangre, hubo muertos?, ¿tiene alguna versión sobre la invasión a Irak?
¿Alguna información, recuerdo, versión sobre las invasiones de Estados Unidos a Indonesia en 1964, la guerra del Vietnam entre 1959 y 1975, la invasión a Líbano en 1983, a Libia en 1986, la Guerra del Golfo en 1990-1991, Somalia en 1993, Bosnia y Herzegovina en 1995, Sudán en 1998, Afganistán en 1998, 2001,2021, Yugoeslavia en 1999?
Es bien sabido el apoyo incondicional de Estados Unidos a Benjamín Netanyahu y su causa criminal, pero hay una amnesia selectiva.
La trampa está en la “voluntad de la jerarquía”, como dice Robert Antelme. El más fuerte somete al más débil, “el más astuto, el más bribón, el más armado, el más hipócrita, ponen al otro de rodillas, a sus pies”, y con total ausencia de toda ética, hay quienes prefieren “olvidar” qué es lo que hacen esos fuertes, astutos, armados y bribones. Son, finalmente, marrulleros que simulan ser amnésicos…
30 respuestas a «De “olvidos” y otras marrullas…»
¡Maravilloso artículo Alberto!
Siquiera que lo escribiste. Le deberíamos sacar copias y pegarlo en todas partes cono si invitáramos a un concierto de Karol G o del Caballero Gaucho. A veces siento angustia cuando hablo con insensatos que se sienten cómodos desconociendo verdades como las que mencionas. La historia universal de la infamia es bien nutrida y caminar por ahí comiendo Chito’s y queriendo ser gringo, me parece ya como un insulto contra la misma especie. Alguien me decía en estos días que no confundiera los muertos del estallido social con los de Venezuela: los primeros eran vándalos guerrilleros y los segundos gente buena protestando contra el tirano. Yo le respondí que en Cali murieron estudiantes y profesionales sin empleo, varias chicas fueron violadas en los CAI y ochenta muchachos quedaron sin ojos, a lo que me respondió que estaba sesgado por la ideología y que los muertos en Caracas pudieran haber sido sus hijos, yo le respondí que los de Cali también… pero pobres…
Muchas gracias Juan Fernando. Tienes razón, es muy viscosa la lógica de que mis crímenes son buenos mientras los tuyos son malos.
Quizá el aspecto más degradado de la Shoá ( holocausto ) sea e ” pacto Havara” en los años 30 entre el sionismo y el nacional socialismo hitleriano. Netanyahu lo confesó, velada mente, cuando recientemente dijo que “Hitler no quería asesinar judíos, sino sólo expulsarlos de Alemania”. Lo que oculta Netanyahu es que el Sionismo necesitaba el holocausto para “sensibilizar” al resto del mundo ante su ” justa” causa de tener un “hogar nacional” en Palestina. Es conocida y documentada la ominosa colaboración de la ” policía” sionista en los campos de concentración y exterminio. Era ellos los que no solo peor maltrataban a los prisioneros, sino los que señalaban quienes, por ser judios No Sionistas, iban a los hornos crematorios. El hogar legítimo y suficiente del judaísmo es la Torá y,el sionismo, es la negación absoluta de ella y los más altos valores que de ella emanan
Shalom – Salam
Hola Iván, muchas gracias por leer. Escalofriante esta versión que entregas. Aterradora.
La histoaria de la humanidad ha estado siempre bañada de sangre, producto de: guerras, injusticias y horror, el problema es que no se aprende de y con el paso de los años y de quienes ganan las guerras estas se hacen mas crueles.
El olvido es el peor enemigo de la paz.
Sin ir muy lejos nuestra Colombia es un gran ejemplo, cada gobierno trae su cuadrilla, “su justa causa” para gobernar y cometr atrocidades, el prblem esta en que esos gobiernos son elegidos por un pueblo sin memoria y sin vergueza, que siguen eligiendolos por falta de memoria y conocimientos es un pueblo como las hojas secas, donde el viento las lleve
Hola Jesús. Agradezco mucho tu lectura y comentario. Me conmueve tu alegoría a las hojas secas a merced del viento…
Hola, no tanto sin memoria… son pueblos vendidos a cualquier precio, que dolor!
Lucía hola. Muchas gracias por leer y comentar.
Con mucho interés espero su columna de los fines de semana, es una forma de nutrir mis conocimientos más allá de lo recibido en mi vida académica e igualmente formar un criterio más objetivo sobre el acontecer político y cultural. Hoy leí con fruición su columna y me hice muchas reflexiones sobre la importancia de conocer la historia, en particular, aquella que es contada por quienes fueron ” humillados y arrodillados” por el opresor. Desde luego, que desde los grandes centros de poder político su interés es borrar y llevar al “olvidó” las atrocidades por ellos cometidas. Haciendo referencia a lo escrito arriba por don Iván Salas, sobre el papel jugado por los judíos sionistas en el holocausto, basta leer Treblinka de Jean Francois Steiner; o leer el libro Colombia -Estados Unidos de Apolinar Díaz Callejas, para conocer el papel jugado por los Estados Unidos en la campaña libertadora de Simón Bolivar, cuando sobre el río Orinoco, las tropas por él dirigidas detuvieron dos goletas de bandera norteamericana cargadas de armamento con destino al ejército de Morillo. Seguramente el Genocidio en Gaza será pronto olvidado y lo que quedará en la historia será la que escriba los “negociantes de la guerra”.
PD. Pensé que la frase de que “somos lo recordamos” era de Gabriel García Márquez.
Gracias por nutrirnos de cultura.!!
Buenos días Fernando. Muchas gracias por tu lectura. La frase de García Márquez es más intrincada en su enfoque. Dice: “las cosas no son como sucedieron sino como uno las recuerda”. Un abrazo.
Buenos días Alberto, muy bueno el artículo. Es importante para pararse a reflexionar y reconocer la ignorancia y el olvido frente a tantos hechos. Creo que te faltó mencionar las historia de Colombia, sus olvidos y atrocidades.
Hola Claudia, gracias por leer. Me faltó mucho más, las atrocidades existen por miles. No me alcanzó el espacio Abrazo
Netanyahu destruyó en poco tiempo el sentimiento de solidaridad frente a la tragedia infringida al pueblo judío durante la segunda guerra mundial. El nivel de fanatismo de la actual dirigencia israelí no difiere en nada del de quienes entonces los persiguieron con saña. Solo mentes enfermas pueden justificar el asesinato de civiles con el argumento de que entre ellos se camuflan sus enemigos. Sin resortes éticos ni consideraciones humanísticas, el sionismo aplica al pueblo palestino la atroz “solución final” de la que fueron víctimas los mismos judios. La triste conclusión es que no hay diferencia alguna entre Hitler y sus secuaces y Netanyahu y los suyos.
Tu reflexión es cierta Francisco Luis. Muchas gracias por leer y comentar. Netanyahu es un ser humano despreciable.
Ami Ayalón ex director de la oficina de inteligencia de Israel llamada shin bet.. declaró:” como país y como pueblo en Israel perdimos la dignidad humana porque estamos violando el primer mandato de nuestra propio libro sagrado en donde dice
No matarás… y eso es lo que se nos a pedido que hagamos….”
Eduardo, muchas gracias por leer y comentar. Es cierto que los excesos de Netanyahu y el sionismo son mirados con igual repudio por amplios sectores del pueblo hebreo.
Soy de las que también esperan sus columnas cada semana. Hoy le puedo decir quedé más triste, cuanta ignorancia nos cobija, amnésicos y marrulleros hasta los tuétanos. Gracias por traernos la historia bien contada…
Helena, me llena de orgullo tu comentario. Muchas gracias, de verdad.
Netanyahu están asesino como Hitler.
Uno siente es desesperanza. Donde está la Corte Penal Internaciona y todos los aparatos de Justicia que se han inventado para juzgar este Genocidio delante de toda la ” humanidad”?
Gracias por leer Francisco Javier. Mira qué tragedia. Israel no suscribió el pacto de creación de la Corte Penal Internacional. Actúa con la certeza de su inmunidad.
¿Algún recuerdo de los millones y millones de rusos muertos en la segunda guerra mundial? De esa guerra parece que solo hay conmiseración por los judíos, cuyas muertes obviamente que repudio
Hola Albeiro. Muchas gracias por leer. La épica del ejército rojo en esa confrontación es totalmente desconocida en occidente.
Por supuesto que éste es un excelente ensayo sobre la desmemoria…y, también, un descarnado recuento histórico de las atrocidades cometidas a lo largo y ancho del mundo por las grandes potencias imperialistas, colonialistas y esclavistas, y, de conquistadores y bárbaros de todos los pelambres que en el mundo han sido. Este genocidio en Gaza perpetrado por Netanyahu y su cúpula de criminales sionistas, con la aprobación cómplice del gran parte del pueblo de Israel, es la mejor prueba de que parecen haber olvidado las atrocidades que los nazis cometieron contra ellos. No cabe duda de que Netanyahu es hoy el ser más abominable y despreciable del planeta Tierra, toda una inmundicia.
Comparto tu indignación Edgar, Muchas gracias por leer y comentar.
En Colombia el 35% de los electores viven en una burbuja y poco les interesa quien nos pueda gobernar; y los que votamos pal 2026 quedamos grovis; se pensó que la izquierda era el cambio pero no ha podido quebrar la corrupción, más bien se plegaron a ella algunos funcionarios, que dieron pie para que la derecha pueda recupere el poder.
Si la derecha no hizo nada en tantos años en el podery la izquierda no ha podido afianzar su proyecto de cambio a quien debemos elegir en el 2026. Solo un congreso comprometido con el cambio es la solución, sea quien sea el presidente. Duro el reto pero , algo se ha hecho en estos 2 años y se puede hacer en lo que falta. Así la prensa denigre y desconozca lo poco que se ha hecho, será el pueblo quien puede con su voto buscar una nueva alternativa para Colombia.
Gracias por tu comentario José. Te decía que el tema electoral no fue aludido en la columna, pero que es un tema importante. Hay muchos retos y urgencias con la participación ciudadana.
Más que hablar de los olvidos de la humanidad, tan bien tratados en la Columna, es necesario pasar de la introducción a la actitud propositiva para, tratar de motivar al elector a que piense por quién debe votar. No es hacer proselitismo sino, educar políticamente al pueblo y a sus lectores.
Muchas gracias por tu lectura José. Creo que el tema de la motivación del elector es un tema diferente y, desde luego, importante.
Excelente! Una columna llena de reflexiones, datos históricos y desconocimientos monumentales! Pero quedémonos cerca. Sabemos o recordamos las Masacres de La Chinita, Chengue, Trujillo, Villatina o El Aro? De pronto ésta última ” le suene” , porque recientemente y después de 20 años el actual Gobierno tituló tierras a sus víctimas. En este lado del mundo los medios de comunicación también hacen muy bien su papel de DESMEMORIA. Gracias don Morales por tan importante columna
Hola Sandra! Claro que también la amnesia cunde también por estos lados. Abrazo!