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Al Alberto

Hay quienes ven virtudes en seres despreciables…

…cuando esas denuncias comprueban que él mismo es el campeón de la apropiación indebida de los dineros públicos. En el nombre de Dios, peca y reza, peca y reza sin descanso, mientras hay sectores enceguecidos que insisten en creerle su desfachatez.

Por Alberto Morales Gutiérrez

Tamerlán, un mongol musulmán del siglo XIV, quien construyó a sangre y fuego la dinastía de los Timúridas, fue tal vez uno de los tiranos más brutales de la historia. Instauró un imperio efímero alrededor del actual Uzbekistán, que se extendió por lo que hoy es Afganistán, Irán y Asia Central.

Se hizo, en el lapso de veinte años, a más de 8 millones de kilómetros cuadrados, arrasando ciudades, protagonizando masacres inenarrables y gobernando con mano de hierro.

Fueron famosos sus “minaretes de cráneos”, una especie de pirámides de diversos tamaños (algunas realmente monumentales) construidas con las cabezas de sus víctimas. Asesinó en su guerra de conquista a más de diecisiete millones de personas, una cifra aterradora que representa el 5% de la población mundial de esa época. Para que usted tenga una idea, París era, en el siglo XIV, una metrópoli de doscientos mil habitantes.

Tamerlán reivindica la “yihad”, y en el nombre de su guerra santa, se autoproclamó “la espada del Islam”.  Su causa fue “la reimposición del control legítimo de los mongoles sobre las tierras tomadas por usurpadores”. Para muchos, este despreciable genocida fue un héroe, un “mecenas”, un amante de las artes.

Quien combate para que la palabra de Dios esté por encima de todo, está en la vía de Dios”, dice el Corán. En esta lógica, Tamerlán fue un santo.

Las creencias hacen defender lo indefendible.

Aquí no más, hay quienes verbalizan su congoja porque un personaje como Álvaro Uribe Vélez, por ejemplo, será llamado a juicio por soborno en actuación penal y fraude procesal. ¡Qué injusticia!, dicen.

El Tribunal Superior de Bogotá negó la preclusión que, vergonzosamente, la Fiscalía defendió hasta el cansancio. La abundancia de elementos probatorios en torno a la oferta de dádivas a testigos, a quienes se les convocaba a declarar contra el senador Iván Cepeda, terminaron acorralando al expresidente.

Paradójicamente este es un “delito menor” al lado de las acusaciones que gravitan sobre Uribe por los estragos de sus alianzas con los paramilitares, la execrable estrategia de los falsos positivos y sus 6.402 víctimas, sin contar desaparecidos. Es impresionante el número de funcionarios de su círculo más cercano, ya detenidos, juzgados, encarcelados por sus múltiples delitos de corrupción y abuso o ya huyendo y escondiéndose en donde no puedan ser encontrados. Las denuncias sobre despojos de tierras, evasiones, negociados, no permiten mirar al señor Álvaro Uribe con conmiseración alguna. Hay mucha maldad, mucha premeditación, mucha manipulación que, quienes lo defienden, ignoran con una tozudez abrumadora.

El señor Daniel Quintero es otro caso patético. Según las abundantes denuncias existentes, sus abusos, componendas, ilegalidades, artilugios para esquilmar el erario han llegado a dimensiones desorbitantes.

Quintero no se molesta en ocultar su repentino enriquecimiento, ha dejado un reguero de pruebas que escandalizan a los organismos de control. En la idea ingenua de que es intocable o que puede actuar con total impunidad, se ríe frente a las cámaras mientras se vanagloria de haber “salvado a la ciudad, de los corruptos”, cuando esas denuncias comprueban que él mismo es el campeón de la apropiación indebida de los dineros públicos. En el nombre de Dios, peca y reza, peca y reza sin descanso, mientras hay sectores enceguecidos que insisten en creerle su desfachatez.

A no dudarlo, más temprano que tarde, el señor Daniel Quintero será detenido, juzgado y encarcelado por sus fechorías. No hay que tenerle conmiseración, todos sus actos, su cinismo, su escandalosa manera de mentir sin parpadear, lo hacen despreciable.

Pero, no he respondido mi propia pregunta: ¿por qué hay quienes persisten en ver virtudes en seres despreciables?

He concluido que todo depende del punto de vista con en el que cada quien está observando.  Todo depende de las creencias en las que cada quien está instalado. Déjeme contarle este ejemplo: Piero Manzoni, fue un artista rebelde, un chico malcriado, hijo de un empresario italiano fabricante de carnes en conserva, que se vendían bajo la marca Manzotini. Murió a los veintinueve años, de cirrosis. Un día del siglo pasado, en Milán, Piero defeca en un cubo y “llena 90 latas de conserva, con sus excrementos”. Escribe en cada lata: “Mierda de artista. Contenido neto 30 gramos. Conservada al natural. Producida y enlatada en mayo de 1961”.

Cincuenta años después, una de esas latas fue vendida por ciento treinta mil euros. La valoración de las latas que aún quedan, supera hoy, el millón de euros.

Los analistas dicen, de este incidente, que tanto Manzoni, como su inspirador, Duchamp, en realidad no eran artistas sino humoristas, pero que fueron mal interpretados.

Una cosa parecida puede decirse de esta confusión que está generando la política contemporánea. ¿Quiénes son Trump o Milei?, ¿Quiénes son Bukele, Uribe o Fico? ¿Cómo leer a Quintero, a Bolsonaro, a Boris Johnson? ¿Se trata de saltimbanquis, criminales disfrazados de payasos, actores de reparto, quintacolumnistas?

Tal vez todos sean lo mismo que las latas de Manzoni. Empaques que ocultan contenidos nauseabundos, y aquellos que compran los empaques hayan perdido, tal vez, el sentido del olfato. Tal vez sea eso.

Peor aún. Pueden ser símbolos representativos de la decadencia de estos tiempos. Y entonces, la manera como los miremos, puede ser también la medida de la relación que cada uno de nosotros tiene con el mundo en el que nos correspondió vivir. Tal vez…

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22 respuestas a «Hay quienes ven virtudes en seres despreciables…»

Gracias Juan, por leer. Febriles es una buena palabra para definir comportamientos.

Alberto la columna está muy buena, pero es que le das a Quintero más importancia de la que tiene. Siempre lo pones al lado de presidentes, expresidentes y dictadores famosos de la historia. Se te nota demasiado el desprecio por el hombre.

Muchas gracias por leer John y gracias por comentar. Tienes toda la razón. No oculto, ni matizo, ni adorno, mi animadversión por Quintero y las personas como él. Considero que son nauseabundas.

Y sí, hay quienes soslayan la perversidad de Daniel Quintero porque lo consideran un héroe que “ha enfrentado a la oligarquía paisa y al uribismo”.

Buenos dias Alberto,
Su analogía es genial porque al igual que con los enlatados, los líderes no son mas que un recipiente atractivo de dudoso contenido.
En el George Pompidou se encuentran las tres latas de “ mierda de artista..” advertencia clara que con el tiempo y producto de las críticas regresa como símbolo de nuestra actualidad..!!
Ese catolicismo a ultranza siempre oculta la firme lámina metálica con la que se arropan todos los fieles de roma surgidos en esas tierras.
El tiempo gran juez nos esta juntando frente a nuestros ojos la cabeza venenosa del gran colombiano con la cola atrevida y lujuriosa de Quintero que se devora a si misma…!!
Todo de rodillas frente a la gran puta de babilonia…!!

Muchas gracias Eduardo por tu comentario y lectura. Pensé lo mismo de las latas: son un símbolo de nuestra actualidad.

comparto su analisis y me idientifico con la comoaracion del sr Alvaro uribe quien a mi juicio es el gran culpable junto a los grupos llamados guerrileros y para militares de la violencia en el pais, doscrepo de su apreciacion y creo falata de objetividad con relacion a Daniel Quintero

Muchas gracias por leer Jesús. A decir verdad, todas las opiniones son, siempre, subjetivas.

Un amigo que teníamos en común dijo ” los estados y sistemas no se mueren y se pudren sino que primero se pudren y donde quiera que pinches sale pus y luego se mueren” Este estado se ha estado pudriendo pero no se mueren.

Hola Eduardo. Gracias por leer. Nuestro amigo común siempre tuvo la razón. ¡Hiede todo!

Parece que usted, según la vehemencia con que lo dice, tiene mucho más pruebas contra el exalcalde de Medellin que las que tienen la fiscalía y procuraduria. Lo invito, como todo ciudad ejemplar, a presentarlas ante ellos de una vez por todas.

Muchas gracias María, por tu comentario y lectura.No, no tengo pruebas adicionales, salvo la mirada estupefacta frente al deterioro aterrador de la ciudad y el abandono de programas que como Buen Comienzo, para no citar sino un ejemplo, desaparecieron del mapa. Tengo si, la certeza de que los documentos y pruebas aportadas a los organismos de control por las diferentes veedurías y diputados como Luis Peláez, son incontrovertibles y numerosas. Mi deber como ciudadano es hacer eco a las denuncias sobre esa putrefacción.

Gracias Alberto, muy oportuna tu columna. Y a propósito de la respuesta a tu pregunta, es que no solo se ha perdido el sentido del olfato, es que hay medios de comunicación y formas de hacer política que tienen distorsionados todos los sentidos: el olfato, porque la podredumbre les huele a flores; el sentido de la vista, porque no alcanzan a ver sino belleza en la fealdad y en la maldad; el tacto, porque no alcanzan a palpar el daño, un ladrón les parece un maestro, un mago; y el gusto, porque no saborean sino el dinero que se hace con la pérdida de todos los sentidos. Lo más triste, pero definitivamente triste, no hay oposición seria, todos los demás candidatos y políticos, solo saben adularse a sí mismos. Que pesar!!!

Respecto de Uribe me parece todo acertado, el daño más grande es la polarización. Admiten ante la evidencia los adoradores del sindicato que fue política de Estado, los falsos positivos… cabría preguntarles si están de acuerdo con esa política y hacerles ver que adoran al criminal. Respecto de Quintero, no es asesino y creo que no lo veo tan inepto y corrupto.
Si pensamos, no hay fortuna bien habida en Colombia, pues hasta los que tienen el monopolio de la plata, tienen las manos manchadas de sangre, un ejemplo, los Pizano…. Sabemos de clanes y mafias y seguimos aupando la corrupción cual democracia? El único vestigio es haber logrado que Petro llegara… pero el establecimiento está enardecido y no lo dejan hacer los cambios…. Es el sistema? Muy cruel!!!!

Lo que se haga para conservarle el sitio de confort al mediocre acrítico, ensalza el líder, pues éste es necesario independientemente de su pensamiento o postura política. En el caso de Uribe, se le agradece el haber podido volver a las fincas o sentirse acompañado en la pelea contra la guerrilla.
Quintero, de otro lado, necesario para sentir que alguien está luchando contra la corrupción de los poderosos.
Ambos cosechando frutos en sentimientos de miedo e indignación. No hay estudio, no hay conocimiento, solo miedo o rabia.
Gravísimo. Pura mediocridad, incultura y chismorreo.

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