…consiste en hacer las cosas de modo que algo mute para que lo demás permanezca intocado en la organización social. Se refiere a reformas meramente cosméticas, ociosas o de distracción que se proponen para mantener incólumes los privilegios sociales y económicos de los manipuladores de esas reformas de epidermis”.
Por Alberto Morales Gutiérrez.
La escena es recurrente en el cine y en las tiras cómicas: un desierto infinito, una canícula abrazadora, un hombre que se arrastra sediento, destrozado, perdido y sin esperanzas; que ve a lo lejos, ya un lago refrescante, ya un oasis, y saca sus últimas fuerzas para acercarse. El final es desgarrador. Cuando el hombre cree que ha llegado, solo hay arena, la misma arena de siempre. La canícula no lo deja respirar.
Los expertos clarifican que el espejismo es diferente a la alucinación, pues se trata de un fenómeno óptico real que se puede capturar con una cámara, puesto que los rayos de luz se refractan para formar la imagen falsa en la ubicación del observador. Pero advierten: “sin embargo, lo que la imagen parece representar está determinado por las facultades interpretativas de la mente humana”.
La escena no puede ser más alegórica. Una ciudadanía empobrecida y azotada por la miseria, que se arrastra penosamente por un país desierto, carente de oportunidades, saqueado por la corrupción, a merced de los designios del capital financiero internacional, ve, de repente, el oasis del “cambio” y saca fuerzas de donde no las tiene para llegar hasta lo que considera, es el paraíso. Cuando llega, el desierto sigue ahí.
Me indigna Petro por la dimensión escandalosa de la frustración que está desencadenando; por la manera alevosa como ha destrozado la palabra cambio; porque se “vende” como una personalidad progresista; porque es imperturbable en su vocación de engaño. Sabe que su espejismo exige de puestas en escena que puedan ser fotografiadas para generar “un fenómeno óptico real” y entonces su ejercicio del gatopardismo adquiere ribetes delirantes: “que todo cambie para que nada cambie” es la frase que lo inspira.
El mejicano Rodrigo Borja, en su Enciclopedia de la Política, sintetiza muy bien en qué consiste esa vieja estrategia: “el gatopardismo es la filosofía de quienes piensan que es preciso que algo cambie para que todo siga igual. El efecto Lampedusa, del que se habla a veces, consiste en hacer las cosas de modo que algo mute para que lo demás permanezca intocado en la organización social. Se refiere a reformas meramente cosméticas, ociosas o de distracción que se proponen para mantener incólumes los privilegios sociales y económicos de los manipuladores de esas reformas de epidermis”.
La distracción opera, por ejemplo, con la vinculación de activistas a cargos de alta responsabilidad: Patricia Ariza en cultura tuvo alto impacto sin lugar a dudas, por su trayectoria en la actividad teatral y su largo camino de lucha contra los sectores más retardatarios del país y sus gobiernos atrabiliarios. Carolina Corcho en salud, porque entrañaba la promesa de transformar la salud en un servicio y no en el negocio que es hoy. Leonor Zalabata Torres, una indígena arhuaca y lideresa reconocida por los pueblos indígenas, como embajadora de Colombia ante las Naciones Unidas. Susana Mohamad, conocedora del tema y con trayectoria, designada como ministra del Medio Ambiente.
Las barras petristas y los ciudadanos del común empezaron a gritar en coro: ¡ya llegó el cambio!
En el interregno, ellas, las compañeras distractoras, han venido paulatinamente, cambiando de opinión.
Acompañe usted nombramientos como estos, con noticias de impacto: valor del SOI se reduce al 50%; incremento del salario mínimo más alto de la historia 16%; relaciones con Venezuela; tren elevado para conectar el pacífico con el caribe (con los dineros de los pensionados); libertad a algunos integrantes de la primera línea; negociaciones con el ELN. Y entonces, las barras petristas y los ciudadanos del común, más emocionados aún, le daban mayor volumen a su coro: ¡Siiii, esto es el cambio!
Poco importa que con la escandalosa devaluación del peso ese incremento del 16% resulte en la práctica más bajo que el incremento del año anterior, o que delirios como los del tren elevado sean, virtualmente, una farsa.
Las noticias permiten generar el grado de distracción necesario para que las gentes, con el argumento de la búsqueda de la gobernabilidad que se requiere para llevar a cabo la “revolución” propuesta, no descifren las implicaciones de la entrega a los más destacados cuadros de la corrupción, de cargos que permitirán la continuidad del festín que los partidos tradicionales han mantenido desde siempre en las entidades nacionales. Ahí están, esos son, los funcionarios de César Gaviria, de Carlos Andrés Trujillo el director del Partido Conservador, los de Dilian Francisca Toro, la del partido de la U, entre otros. Y son funcionarios con cargos de jerarquía, en ministerios e institutos descentralizados, con poder real. También hacen parte de la fiesta corruptos reconocidos e investigados, procedentes de todos los frentes, en cargos “menores”, dotados con jugosos presupuestos.
Como todo está cambiando, la gente no ha de notar, o deberá perdonar sin disimulo, el hecho de que la reforma tributaria se ajusta a todos los parámetros y exigencias de la banca y los organismos financieros internacionales que se han encargado de esquilmar a este país en los últimos 80 años.
Un ejemplo contundente: el entramado de la compra de los aviones que Petro, acostumbrado a decir una cosa y después la otra, criticó con fiereza cuando la negociación era liderada por Duque y su ejército de manilargos, y que ahora convirtió, en un acto de prestidigitación, en una decisión del cambio.
Resulta por lo menos patética, la eficiencia de Roy Barreras, el gran “cuadro” del petrismo en el senado, con sus más de 800 contratos adjudicados a dedo para conseguir resultados en las votaciones del congreso. “Aquí, cuidando la gobernabilidad, maestro”, pensará a diario el gran Roy con ínfulas de héroe nacional.
Ni qué decir de un cambio tan estruendoso como el protagonizado por Verónica Alcocer, en el ejercicio pleno y público del cogobierno, cuyo poder toma una forma bizarra con el controvertido nombramiento de la directora del ICBF, doña Concepción Baracaldo, y su muy precaria calificación para el cargo.
Armado el espejismo, piensa que la ciudadanía debe asumir esa extraña lógica según la cual, para poder hacer la revolución que se pretende hacer y los “cambios” que el país necesita, entonces se debe entender el carácter “estratégico” de su abyección con el gobierno de los Estados Unidos para entregar a Gorgona y convertirla en una base militar de ese país, entre otras múltiples decisiones perversas.
Y hay más: desde el Ministerio del Transporte, el gobierno del cambio convoca a las aerolíneas para que realicen despidos masivos, a propósito de la discusión sobre el incremento en sus tarifas; los obreros de Ecopetrol son sorprendidos con un contrapliego a sus peticiones; un petrista de la falange trina antier que el senado de los Estados Unidos aprueba la más alta cifra en la historia para ayudas a nuestro país, lo que demuestra -dice él- que nuestro presidente no es un peligro para nadie; la OCDE aplaude la reforma tributaria, y toda la plataforma neoliberal del mundo lo aclama con entusiasmo.
Tal vez el deseo de François de La Mothe, el célebre libertino francés del siglo XVII, sintetice de manera didáctica la incongruencia de Petro y su pasión por el espejismo. Como sus pensamientos del día – los de La Mothe – se corrigen y transmutan en las noches, desea para sí una pluma de escribir parecida a la del pavo real, “ocelada, moteada, adornada con todos los colores y la capacidad de presentarse de distinta manera, cada vez que se despliegue”. Sí, la misma pluma del pavo real de Petro. Un pavo “sabroso”.
11 respuestas a «La “proeza” de Petro: el cambio como espejismo»
Como Robledo y compañía, rayados por el Moir de siempre, solo ven cosas malas, les puede la envidia de ver que fue el hermano, el que llegó al poder y no ellos. ¡Dan grima! Ignoran que gobernar es muy distinto que hacer oposición, esto último, es mucho más fácil. Ni el gobierno de Petro es tan malo como lo ves Alberto, ni tan bueno como lo ven sus aduladores. Mejor sería que hablaras de aspectos positivos y negativos. Pensar y escribir así, te sitúa, del otro lado. Las solas designaciones que nombras significan la intención de cambios profundos, pero no se hacen en seis meses querido. Debiste sacar vacaciones, no le has podido ganar a la rabia que te dio ver ganar al hermano mejor preparado que tenía la izquierda del país. Vete de vacaciones, se siente el cansancio. Dilapidar esas lecturas maravillosas con esta columna tan pobre. ¡Qué tristeza! El aspecto positivo de esta columna, es que tu fiebre anti progre, le dio licencia por hoy a Quintero.
Gracias por leer John. Me gusta verte por aquí.
No decian los Petristas que el cambio era de inmediato? Que pasaríamos de la oscura noche al sol brillante de día, así, de una. Ya van 6 largos meses y el cambio parece en reversa.
Gracias Eduardo por leer
Yo le pregunto cuales cosas buenas. A echo este bárbaro será bueno dale libertad a antisociales que atacaron a la autoridad quemaron caí mejor dicho acabaron con el país ahora cuál buen aumento salarial fue de 3.5 porque el resto fue la inflación para terminar que Dios nos guarde porque vamos para la segunda Venezuela
Gracias por leer William
El determinismo de todo el staff del robledismo por demostrar lo negativo del gobierno actual jamás va permitir ver lo positivo porque la obsesión por encontrar los residuos de la cizalla del cambio les causa el escozor de la cizaña que tienen acumulada
Gracias por leer Octavio. La única intención que anima este escrito es propiciar una reflexión sobre la ética…
Apenas son seis meses. Existe una voluntad de cambio indudable. Cuenta con un gabinete ministerial sumamente competente, algunos ya viejos y comprometidos con un legado de deudas sociales hasta ahora impagables. Se toma en consideración la conservación del medio ambiente y se hace énfasis en una reforma agraria que le devuelva en algo la dignidad y alguna tierra al campesino. Se dignifica la mujer y se emprenden acciones puntuales. La reforma tributaria ha sido clara y no arruinadora como tratan de hacer creer. Los ministerios son feudos burocráticos que pretende intervenir. La justicia será renovada. Gran despliegue de pedagogía política y social. Primera dama en primer plano.
¿Qué tal Fico de presidente?
Apenas lleva seis meses, esperemos los liberados violentos de la primera línea que harán con el subsidio y el proceso de Paz Total. Tengamos paciencia que nos van a poner a vivir Sabroso.
Gracias Mercedes, por leer