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Néstor Humberto lo simboliza todo

Y entonces, ese Néstor Humberto cuya última “responsabilidad” fue llegar a la Fiscalía a esconderlo todo, a proteger a todos a los que tenía que proteger, a traspapelar todo lo que tenía que traspapelar, a urdir complots y montar montajes, es enviado por el gobierno de Duque a que ejerza como embajador en España. Qué vergüenza.

Por Alberto Morales Gutiérrez

Fue un hecho absolutamente circunstancial, sin intención. Pasé frente al televisor en el momento en el que la persona que lo estaba viendo cambió de canal y vi al señor presidente de la república en su programa habitual, luciendo un chaleco azul abullonado, mientras lanzaba una perorata sobre el estado de la situación con el COVID 19.

Al verlo, no tuve ya ninguna duda: el sueño dorado de este muchacho era ejercer en la industria del espectáculo. Su mamá lo sabe, su esposa también, lo sabe su gente más cercana. Él lo único que ha querido en toda su vida es ser cantante, presentador de televisión, animador de un programa de concurso y por eso persiste y persiste en asumir ese rol. La verdad es que el tema de la presidencia lo tiene sin cuidado y por eso no lo invade ningún pudor cuando se pone en evidencia. Su más reciente decisión, la de nombrar a Néstor Humberto Martinez de embajador en España, es la síntesis más gráfica de lo que representa el señor Duque, la síntesis más gráfica de su estilo grotesco.

Néstor Humberto Martínez es un arribista insigne, un lagarto supremo insuflado por esa prensa que sirve a los intereses oscuros a los que Néstor Humberto sirve. Recuerde usted por ejemplo que de Néstor Humberto se decía que era un abogado inteligente, un hombre inteligente, un polemista inteligente y, finalmente, nada de eso resultó cierto. La misma fantasía que se inventaron con Marta Lucía quien, a fuerza de hacer tonterías repetidas con obstinación, terminó demostrando ella solita, que se trata de una auténtica tonta.

La verdad es que Néstor Humberto es el reflejo sofisticado de esos buenos para nada que, a fuerza de hacer favores siniestros, de obedecer instrucciones y acumular información importante, fue escalando posiciones y enriqueciéndose de manera non santa, mientras bate y bate la cola sin cesar. El pobre hombre cree que está inundado de gloria cuando la verdad es que todo el mundo lo ve inundado de estiércol. Huele muy mal Néstor Humberto.

Y entonces, ese Néstor Humberto cuya última “responsabilidad” fue llegar a la Fiscalía a esconderlo todo, a proteger a todos a los que tenía que proteger, a traspapelar todo lo que tenía que traspapelar, a urdir complots y montar montajes, es enviado por el gobierno de Duque a que ejerza como embajador en España. Qué vergüenza.

Cada nombramiento de Duque es el ejercicio impecable de una capacidad de síntesis que expresa toda su banalidad. Cada vez que firma enseña todo lo que Duque es, todo lo que representa el ejercicio del poder desde la perspectiva siniestra del Centro Democrático y sus aliados de todos los partidos. No les importa someternos al escarnio público mundial con esos personajes caricaturescos, bandiditos, atrasados: Pachito Santos en Washington, Ordoñez en la OEA, Sanclemente en Uruguay, en fin. Es el síndrome Macías que invade todos los espacios de Palacio. ¡Más deplorable no puede ser!

Hay un filósofo: Tito Lucrecio Caro quien vivió entre los años 90 y 50 antes de nuestra era y de quien se ha dicho que era el hombre más lúcido entre los lúcidos. Su enorme inteligencia aunada a una displicencia total con todos aquellos que pretendían ganar méritos insultándole o especulando con torpeza sobre sus argumentos, le generó odios que aún hoy tienen eco. No hay filósofo miserable que se abstenga de denostarlo.

Michel Onfray al entrar en su defensa, termina describiendo a gente como Néstor Humberto, como Duque y sus secuaces pues, finalmente, la mediocridad, la mala fe y la vocación delincuencial hace que, desde tiempos inmemoriales, toda la gente como esa, termine pareciéndose.

De ellos dice Onfray: “La mayoría se miente, se ilusiona, monta decorados de teatro en los que se cuentan historias para no toparse cara a cara con la miseria de su existencia, la tragedia de su destino, lo ridículo de toda diversión social y la inexorabilidad de su desaparición anunciada. De ahí el delirio de sus invenciones, sus técnicas destinadas a no mirar aquello que se debe ver. La negación, la mala fe, la represión, las proyecciones y la hipocresía son otros tantos mecanismos de defensa que han empleado durante siglos para escapar a la crueldad de la evidencia” (La sabiduría de la antigüedad. Anagrama 2007.P,246)

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4 respuestas a «Néstor Humberto lo simboliza todo»

Oye Albertico, cordial saludo… Pues por todo lo que has hecho por la Patria, serías un buen candidato a la presidencia y así nos borramos de la mente el término NADA… el que te identifica a ti… NADA te sirve, lógica mamerta… Leyéndote y analizando tu “imparcialidad “, me haces creer que el periodismo que ejerces, no deja de ser un simple oficio, mas no una profesión… que necesita ética, imparcialidad, objetividad y paso por aulas universitarias…

…..es triste que la escasa población colombiana que elige estos sujetos grotescos sea tan ignorante e ingenuos……claro que la mayoría de los votos que obtienen son por compra y /ó amenazas …….y así nos mantenemos y subsistimos por más de 50 años de total corrupción …….pero su largo “cuarto de hora” se les va a agotar…..

Estoy de acuerdo contigo. Han llegado a unos excesos tales que ya actúan sin tapujos, seguros de que son impunes

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