Claro que Trump es un fantoche y que, exigir condiciones dignas en el trato a los deportados es una posición absolutamente válida. Nadie pone eso en discusión. La falacia narrativa emerge a borbotones cuando se inician las interpretaciones de lo sucedido y sus lecciones.
Por Alberto Morales Gutiérrez
Los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, publicaron en 1812 “Los cuentos de la infancia y del hogar” que se popularizaron luego como “Los cuentos de los hermanos Grimm”. Se trata de una formidable recolección de historias, mitos y leyendas alemanas que gravitaban en la tradición oral y que ellos investigaron y transcribieron a lo largo de varios años.
Hay ahí historias que hoy son globalmente conocidas, como las de Blancanieves, Hansel y Gretel, Caperucita Roja, Cenicienta, Rapunzel, para no citar sino cinco ejemplos. Pero quiero referirme hoy a una en particular que tiene una gran carga didáctica: “El sastrecillo valiente”. Se trata de un sastre minúsculo y débil que engaña a todo el mundo, haciéndoles creer en sus hazañas de fuerza y valentía (“siete de un golpe”). El hombrecito, a punto de vivezas, termina casándose con la hija del rey y apropiándose de la mitad del reino. Los analistas lo ponen como ejemplo de lo que, recientemente, se ha dado en denominar “las falacias narrativas”. En términos de definición científica, se trata de “la tendencia innata que tienen los humanos de establecer relaciones causales aunque estas no estén justificadas objetivamente”.
Se ha dicho de esta falacia que opera como “un sesgo cognitivo” con el que se crea una historia o una narrativa, que busca explicar acontecimientos en los que tal sustentación no encaja. Es un esfuerzo por darle sentido a aquello que, racionalmente, no se puede defender. De hecho, los expertos confiesan que la “falacia narrativa” es una herramienta argumental muy propia de las religiones o de los políticos y, la verdad es que tienen toda la razón.
A las 3:41 de la madrugada del domingo 26 de enero, Gustavo Petro trinó indignado que no autorizaba el aterrizaje de unos aviones que volaban desde los Estados Unidos cargados con ciudadanos colombianos deportados y, haciendo referencia a que los trasladaban encadenados, sentenció: “no pueden tratar como delincuentes a los migrantes”.
Se desató a partir de ese instante una gran tensión pues Trump, exacerbado, respondió por el mismo medio e igual ligereza, con una serie de sanciones comerciales, suspensión de visas y otras medidas de gran impacto. Las frases rimbombantes circularon en abundancia. Hubo un momento en el que Petro trinó revestido de dignidad: “¡no nos dominarás nunca!”.
Fueron 20 horas de crisis en las que el presidente colombiano escribió por lo menos 37 trinos que daban cuenta de su indignación. Ya al anochecer, en rueda de prensa, el canciller Luis Gilberto Murillo leyó un comunicado redactado cuidadosamente, en el que daba por superado “el impasse”. El gobierno nacional seguiría “recibiendo a los colombianos y a las colombianas que retornen en condición de deportados, garantizándoles las condiciones dignas, como ciudadanos sujetos de derechos”. Ahí no dice que el gobierno de EEUU garantizará esas condiciones dignas, dice que Colombia los recibirá y les dará condiciones dignas.
A su vez, el comunicado de la Casa Blanca indicó que “el gobierno colombiano aceptó las condiciones establecidas por el gobierno de los EEUU, lo que incluye la recepción de deportados, incluso en aeronaves militares estadounidenses, sin restricciones ni demoras”.
Claro que Trump es un fantoche y que, exigir condiciones dignas en el trato a los deportados es una posición absolutamente válida. Nadie pone eso en discusión. La falacia narrativa emerge a borbotones cuando se inician las interpretaciones de lo sucedido y sus lecciones.
María José Pizarro se apresuró a dar un parte de victoria. Según ella el gran derrotado de los hechos fue Donald Trump, pues triunfó el precedente de buen trato a los deportados planteado por el gobierno del cambio. La demostración del triunfo, según ella, está reflejado en el hecho de que un avión colombiano trajo de vuelta a los connacionales.
Lo objetivo es que esa indignación del presidente Petro no fue sostenible en el tiempo, que los Estados Unidos seguirán deportando a los colombianos “sin restricciones ni demoras” y que es también insostenible mantener una flota de aviones colombianos trayendo a los deportados. Pero quiero destacar tres aspectos relevantes de la falacia narrativa construida alrededor de estos hechos.
1.- El comunicado expresa que “Colombia ratifica que se mantendrán los canales diplomáticos de interlocución…”, lo que significa el reconocimiento de que la práctica del ciber-gobierno” a que se ha acostumbrado el presidente del cambio, tendrá una modificación sensible, por lo menos con los EEUU.
2.- El comunicado expresa que en las próximas horas los funcionarios del gobierno colombianos viajarían (como en efecto lo hicieron. El canciller hubo de soportar una larga espera porque casi no lo dejan entrar a ese país) “para sostener reuniones de alto nivel que den seguimiento a los acuerdos, resultado del trabajo conjunto e intercambio de notas diplomáticas que se dieron entre los dos gobiernos”. Ese seguimiento ratifica el contenido del comunicado oficial de USA en el sentido de que los aranceles prometidos por Donald Trump contra las importaciones colombianas y las sanciones, “no se firmarán, a no ser que Colombia no honre el acuerdo”. Yo no sé usted qué piense, pero ese comunicado de Estados Unidos que, dicho sea de paso, Gustavo Petro difundió por su red social preferida como señal de aceptación, es francamente irrespetuoso, pues ratifica su actitud de sospecha y mantiene el chantaje.
3.- Pero la gran falacia narrativa de estos sucesos es la difusión de una idea según la cual, Trump es un gringo malo, un gringo imperialista contra el que es digno rebelarse, pero que el señor Biden (contra el que nunca hubo ninguna manifestación de rebeldía) sería un gringo bueno, ante cuyas acciones imperialistas el gobierno del cambio mostró siempre una indiscutible sumisión.
Hechos ciertos: Biden deportó en el 2024 a 14.320 colombianos, quienes llegaron encadenados y viajaron en vuelos comerciales exhibiendo condiciones inhumanas. Jamás hubo una nota de protesta. No hubo objeción ni trinos nacionalistas tampoco, a propósito de la la ratificación, con la administración Biden, del leonino Tratado de Libre Comercio. De igual manera el gobierno del cambio no objetó ni trinó en contra de la instalación de bases militares norteamericanas en territorio colombiano. Petro no se ha inmutado con la agresión a nuestra soberanía en Gorgona. No hubo nunca un reclamo de dignidad y respeto a nuestro territorio. Si hubo, por el contrario, aplausos gubernamentales hacia Biden cuando luego de la reunión con Petro el 23 de abril de 2023 en la Casa Blanca, se ratificó la cooperación bilateral entre los dos países en “temas de interés común como cambio climático, transición hacia energías limpias, migración, lucha contra el narcotráfico y paz”. ¡Sí!, migración; energías limpias, cómo no; paz y narcotráfico, claro. Nunca una voz crítica sobre los desafueros armamentistas de Biden, su apoyo incondicional al sionismo israelí, su despotismo con aquellos países que no comparten sus mandatos. Es esa idea (muy maniquea por cierto) de la existencia de gringos buenos y un gringo malo: Trump. Tal visión termina ocultando o matizando los despropósitos guerreristas del imperio. El premio Nobel de Paz otorgado a Barack Obama es, por ejemplo, una falacia narrativa extrema. Cuando salió de la Casa Blanca ostentaba el título de haber mantenido a su paìs en conflicto durante más tiempo que cualquiera otro presidente en la historia de los EEUU.
Mire estos datos: solo en 2016 su gobierno arrojó “al menos 26.171 bombas”. A su vez, Obama “expandió drásticamente las guerras aéreas y el uso de las fuerzas especiales en todo el mundo”. ¡Un belicoso y detestable embaucador!
Así pues, la falacia narrativa de enfrentar solo al “gringo malo” es una trampa conceptual que busca hacernos creer que ese imperio, que ha sido despótico desde cuando nació, carece de malas intenciones y son sus gobernantes los que, ocasionalmente, se desvían. Un cuento falaz que no tiene presentación.
32 respuestas a «Que había una vez un gringo bueno, pero se apareció un gringo malo»
Tu artículo está lleno de sensatez porque el carácter de imperialista se lo da a la USA su doctrina económica y no el perfil del presidente de turno. Gracias por tu escrito.
Hola Eduardo. Tienes razón. El maní está en su modelo y doctrina económica. Abrazo. Gracias por leer y participar.
Excelente Alberto. Genial descripción. Que semanita, después se fue a Barranquilla a una marcha contra las altas tarifas de energía, que él es el único que las puede bajar.
Hola Jorge. Muy bueno vete por aquí. Gracias por leer y comentar. Creo, decididamente, que el reino de Petro no es de este mundo.
La falacia narrativa; modalidad discursiva del que dan por bueno (silencio despótico) y del que califican de malo. (Trumpismo=petrismo.) El monstruo grande y el otro; el chiquito consentidor)
Hola Juan. No hay duda, la falacia narrativa se riega como polvira. Gracias por leer y comentar.
Confieso que leí tu columna en otro espacio y me sorprendí por no saber que Biden había deportado más de catorce mil compatriotas en iguales condiciones y que también lo hizo el mulato de Obama -que además mantuvo a su país en guerra y arrojó casi treinta mil bombas-; si Petro lo sabía- como supongo- y le dió la pataleta, fue o porque se le llenó la taza, o porque no puede ver al copetón de Donald. Creo que es lo segundo. Si es como tu dices, ese escándalo, así como su misiva de madrugada, es como una pataleta de primíparo antes de salir a su primera manifestación. De todas maneras ha servido para abrirle los ojos al mundo y unir a los pueblos iberoamericanos en un movimiento de dignidad contra la tiranía imperialista – también suena a primiparada-
Te juro que no sabía lo de Biden. Bueno, pero ya Claudia Schimbaun habló y eso me complace, pues no veo las esperanzas perdidas para un triunfo electoral el año entrante con protagonistas menos folclóricos y por qué no decirlo, menos procaces.
Hola Juan Fernando. Gracias por tu comentario y tu lectura. Pienso que vale la pena poner sobre el tapete temas pertinentes en torno al ejercicio político y el ejercicio de la vida. Temas extraños y lejanos que hay que reivindicar. Son muchos, desde luego, pero podríamos empezar por dos: ética y coherencia. Creo que eso ayudaría…
Sí, pero parece que a los deportados de Biden no les hicieron la publicidad que Trump ha pretendido para despersonalizarlos y rotularlos como delincuentes, pandilleros y narcotraficantes al igual que hizo Hitler con los judíos. Biden no los deportó con grilletes ni maltratados.
Esa conducta neo fascista, casi delirante, tiene que ser puesta en evidencia y ser combatida ¡con urgencia!
Hola Juan. El encadenamiento y/o los grilletes, hacen parte del protocolo de deportación del gobierno de los Estados Unidos. Lo hacen con todos los que deportan. Su “explicación” es que lo hacen para protegerlos porque era común que se presentaran riñas. Pero es cierto que viajan esposados, que siguen llegando esposados y que el acuerdo reciente es que los Estados Unidos no modificarán ninguno de sus protocolos.
Dizque le salió un “gallo fino” al emperador del norte y lo que le salió fue un “pollo peletas” al que acabó de desplumar en el primer giro. Si este episodio no fuera tan triste para el pueblo Colombiano, estaría riéndome a carcajadas.
Hola Eduardo. La verdad es que todo esto es tanto triste como patético.
Alberto ,por la forma tan precisa de pescar analogías certeras para eventos muy específicos.. y en nombre del grupo de pescadores del río cáchira lo nombró “ maestro pescador..”
El sastrecillo valiente es preciso..exacto para el presidente de colombia….
Sin olvidar que todos los anteriores cumplen a cabalidad la descripción .
Gracias por el nombramiento Eduardo. Muchas gracias por leer y comentar.
Se entiende que todas las cosas están inventadas y que se toman las que el individuo necesita para sortear y direccionar su vida. Entendiendo que estos gringos engañan en gran parte a los vecinos. Con el propósito de enviar sus tentáculos y atraer los beneficios para sus gentes. Sabiendo lo anterior las personas las naciones los países deben estudiar la actitud del país potencia del mundo Estados Unidos. Entonces para conciliar controlar el animal bomba atómica se debe utilizar los conocimientos. Con el propósito de prolongar la vida del planeta y así prolongar la vida de todos los seres vivos que habitan la naturaleza. Porque una discusión apresurada puede tener finales destructivos para la vida. Pongamos de ejemplo a Palestina los habitantes fueron asesinados destruyendo la vida en el territorio. A través de la historia los pueblos han sido invadidos, destrucción caos. Pero se ha podido detectar que la vida se abre caminos. el pasado es el testigo causal del presente y también el pasado es el elemento esencial para predecir el futuro. Lo importante es no perecer en el intento. La esperanza es lo último que queda. Resistiendo el tiempo insinúa y da origen a la vida que continúa
Jos muchas gracias por leer y comentar. Si, la vida se abre caminos.
Me parece ver mucho arrodillado y hasta sangrarle las rodillas entres los que comentan tu columna. Por qué no va el alza de aranceles a Colombia y sí a México y Canadá?. Quisiera leer tu explicación esto.
Hola Olmedo. Como pudiste apreciar, la intención de la columna es desvelar el hecho de que en la política exterior de Estados Unidos y en su modelo económico, no es posible, ni es razonable, separar las acciones de un mandatario especifico, de las de cualquiera otro de los mandatarios de ese país imperial. Decir que se es “revolucionario” frente al carácter atrabiliario de Trump, y ser condescendiente con Biden, es de verdad, verdad, una atroz incoherencia. Creo Olmedo, con todo respeto, que es muy pronto para hacer análisis sobre el tema de los aranceles y las consecuencias de estas primeras medidas del desastroso gobernante gringo. Difiero del tratamiento de arrodillados y sangrantes a los lectores que opinan. Tenemos que aprender a gestionar las diferencias, ¿no te parece?
SE HACE VIRAL LA CARTA DEL ABUELO ALEMÁN DE TRUMP DONDE ROGABA QUE NO LO DEPORTASEN.
Un periódico alemán ha publicado una carta del abuelo de Donald Trump en la que le ruega a las autoridades de ese país que no lo deporten. La carta, escrita a mano originalmente en alemán, fue traducida y publicada por Harper’s y es un ejemplo perfecto de las vueltas que puede dar la vida y de cómo, a veces, la historia nos recuerda quiénes somos y que gracias a ciertas políticas, activismo y medidas sociales actualmente podemos disfrutar de ciertos derechos (que podemos perder).
Esperamos que el recuerdo de esta carta sirva a Donald Trump para repensar su política de inmigración y de deportaciones.
Friedrich Drumpf (apellido que posteriormente acabaría derivando en Trump) emigró a EE.UU. desde Alemania con solo 16 años. El nuevo presidente nunca ha querido hablar de este capítulo familiar y ahora sabemos por qué. Hizo fortuna con hoteles y restaurantes que funcionaron como prostíbulos durante la fiebre del oro y después suplicó poder regresar a Alemania.
Primero emigró a los Estados Unidos desde el pueblo Bávaron de Kallstadt en el imperio alemán de 1885. Todo esto a la edad de 16 años. Lo hizo de forma ilegal ya que su objetivo era evitar el servicio militar obligatorio, curiosamente, lo mismo que hizo Trump para evitar ir a la guerra de Vietnam.
Esa huída causó que perdiera su ciudadanía alemana y consiguiera la estadounidense, país donde amasó su gran fortuna administrando burdeles durante la fiebre del oro. Regresó a su país natal a principios del siglo XX, pero fue fichado para deportación debido a sus antecedentes.
Tampoco deja de ser irónico que a los habitantes del pueblecito natal de su abuelo se les conozca cariñosamente como Brulljesmacher, una palabra que en el dialecto regional significa fanfarrón.
En medio de las polémicas deportaciones de la nueva administración Trump, que separa familias obligando a padres y madres a exiliarse, resurge con ironía esta histórica carta de su abuelo mostrando un dolor similar. La carta es un ruego al príncipe Luitpold de Bavaria, quien por aquel entonces gobernaba Kallstadt, para no ser deportado de nuevo a los Estados Unidos.
La carta no funcionó y el abuelo de Trump se vio obligado a regresar a los EE. UU. Os dejamos una traducción para que podáis entender qué motivos argumentó:
“’Los emigrantes’, por Friedrich Trump.
¡Su serenísimo y poderosísimo Príncipe Regente! ¡El más gracioso regente y señor!
Nací en Kallstadt el 14 de marzo de 1869. Mis padres eran trabajadores de los viñedos honestos y piadosos. Ellos me condujeron estrictamente a todo lo que es bueno, con diligencia y piedad, a asistir regularmente a la escuela y a la iglesia, a la completa obediencia de la autoridad.
Después de mi confirmación en 1882, aprendí el oficio de barbero. Emigré en 1885, cuando cumplí 16 años. En América llevé mi negocio con diligencia, discreción y prudencia. La bendición de Dios estaba conmigo, y me volví rico. Obtuve la ciudadanía estadounidense en 1892. En 1902 conocí a mi esposa. Tristemente, ella no podía tolerar el clima de Nueva York, por eso regresé con mi adorada familia a Kallstadt.
El pueblo me recibió con gusto como un ciudadano capaz y productivo. Mi anciana madre estaba feliz de ver a su hijo y a su nuera, así como a su nieta; ella sabe que cuidaré de ella cuando sea mayor.
Pero fuimos confrontados, como si cayera un rayo, con las noticias de que el ministerio del Estado Real, decidió que debemos dejar nuestra residencia en el reino de Bavaria. Quedamos paralizados, nuestra familia sufrió de terrible ansiedad, y mi amada hija se enfermó.
¿Por qué deberíamos ser deportados? Esto es muy, muy difícil para una familia. ¿Qué pensarán nuestros conciudadanos si sujetos honestos son tratados así? Sin mencionar las grandes pérdidas materiales que sufriremos. Quisiera volver a ser un ciudadano bávaro de nuevo.
En esta situación urgente, no tengo otro recurso que volver los ojos a nuestro adorado, noble, sabio, y justo señor, nuestro gobernante, altísima excelencia, quien ha llorado muchas lágrimas, quien ha gobernado tan benéfica y justamente, y dulcemente amado, con la petición más humilde de que el señor tenga piedad y permita a su siervo quedarse en el más gracioso reino de Bavaria.
Su más humilde siervo,
Friedrich Trump.”
Caprichos del destino: a Friederich Trump le impidieron regresar a su Alemania natal. Tuvo que quedarse, contra su voluntad, en Estados Unidos. ¡Quién lo iba a decir!
Hola Olmedo. Sí, esta carta ha tenido amplia difusión. Demuestra la incongruencia de un personaje ensañado contra los migrantes, desconociendo la propia historia de su familia. Gracias por enviarla.
En cuanto a la respuesta a mi comentario. Yo lo que veo es que, pareciera que para casi todos, fue más ‘grave’ o ‘fuera de tono’ la actitud del presidente Petro que el procedimiento del presidente Trump; es decir lo que debió hacer nuestro presidente era ‘haber comido callado y todos tan contentos’
Hola Olmedo. Son miradas. No interpreto esos comentarios como un llamado a que el presidente del cambio se quedara callado. Pero está bien disentir. Abrazo.
Donald Trump, y todos los presidentes de USA que lo han antecedido, sin excepción, son “caimanes del mismo charco”, igual que los presidentes nuestros con la única excepción de Petro. Gustavo Petro, lo sabemos todos, es bastante soberbio y arrogante, se pasa por encima a funcionarios y ministros, y, por su manía de estar trinando sin medir mucho las consecuencias de lo que dice, se equivoca mucho, pero, y esto es lo verdaderamente relevante, no es bandido ni criminal como Uribe, ni una apestosa rata corrupta como Iván Duque y toda esa catremanada de “bandidos del poder” como Gaviria, Santos, Pastrana, Vargas Lleras y demás hampones de la oligarquía, es, por el contrario, un mandatario honesto que defiende los intereses del pueblo, de los trabajadores, de los campesinos, y de todos los pobres que en Colombia somos la mayoría .
Trump no se diferencia en el fondo de ninguno de los mandatarios que en USA lo han antecedido , se diferencia en la forma . Se cree emperador del mundo y no pasa de ser un truhán, un atorrante como dicen los argentinos, un galipollas como dicen en España, o una inconmensurable gonorrea como decimos los antioqueños, lamentablemente.
La idea con la columna era esclarecer que no existen diferencias conceptuales entre Trump y sus antecesores. El estilo de Trump es más grotesco, es cierto, pero son los mismos. La columna lo que reclama es coherencia del mandatario. N asumir que son diferentes.
*gilipollas.
listo.
Me gusta lo del Sastrecillo valiente. Petro tiene su estilo y no me gustan muchas cosas, pero lo prefiero y hasta siento orgullo cuando lo veo dando entrevistas a babosos. Esperemos a ver las consecuencias de tener un tipo como Trump loco con el poder. No creo lo hayan elegido para que viole la ley… y no es sólo la arrogancia con un pueblo tercermundista, es contra el mundo entero. Ahora saber que los demócratas perdieron sus logros por no versen representados, no nos debe pasar con el progresismo, pues es ejemplo lo que nos pasará si sigue la derecha corrupta en el poder. Y los demócratas permitieron esas tropelías, sólo que no se ufanaron, grave de toda gravedad, ahí tienen!
Helena, hola. Siempre agradezco mucho tu lectura y tus comentarios.
Es claro que todo presidente de USA representa los intereses imperiales de ese Estado, y creo que Petro lo sabe bien. La situación de los migrantes colombianos y latinos en general y la consecuente respuesta de Petro era necesaria porque las formas que utiliza Trump (evidentemente fascistas) deben responderse de tajo. No deberíamos criticar la reculada de Petro, entendiendo que el imperio yanqui controla prácticamente toda nuestra economía, y no tenemos como darnos el lujo de aguantar aranceles bloqueos y otras sanciones.
Hola Octavio, muchas gracias por pasar por aquí. No hay duda, el imperio yanqui lo controla todo.
Antes de ser deportados los colombianos estuvieron seis días recluidos. Allí los maltrataron les robaron los celulares, etc.
Trump debería tratar de legalizarlos sabiendo que es casi la mitad de la mano de obra en EEUU. Esa conducta neofascista es horrorosa y obedece a la tendencia corporativa de grandes millonarios que pretenden encerrarse en su poderío para ir apoderándose de los recursos necesarios para alimentar su feudos e ir esclavizando de a poco. Es la supremacía del poder capitalista evolucionado en manos de pocos, creando ya ejércitos de dividuos endeudados ávidos de buenas limosnas. Tiranizan con el conocimiento magnificando la dependencia a la par que segregan y despersonalizan.
Creo, Juan Fernando, que Trump está construyendo una tormenta perfecta que, finalmente, también desencadenará rayos y centellas en su propio territorio.