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Y convirtieron el agua en mercancia…

En la lógica de ese intercambio, todo es una mercancía susceptible de ser vendida y comprada: La educación, la salud (ya no existen pacientes, sino clientes), los servicios públicos, las carreteras y, ¿por qué no? El agua, el aire, ¡lo que sea!

Por Alberto Morales Gutiérrez

Esa es la noticia delirante: Que en California exclusivamente (por ahora) entra a jugar en la Bolsa de Valores la denominada “cotización del índice Nasdaq Veles California Water Index” que implica la realización de movimientos financieros asociados al índice y al acceso para uso industrial y agrícola del agua, en ese Estado de la Unión Americana.

Los bancos, especuladores financieros e inversionistas, están felices. Imagine usted que ya existe una medida específica para la valoración: 1.233 metros cúbicos (1acre/pie) y que tal medida ya superaba el lunes pasado el precio de US$ 486,53.

No está mal. El informe, al cierre de operaciones de ese primer día, afirmaba en tono excitado, que registró una ganancia de 1.06%.

Hay analistas en los medios que nos dicen que no debemos preocuparnos. Explican que el tema es exclusivo de California en donde el agua escasea por el deterioro ambiental y nos prometen que la decisión, además, está prevista para ejecutarse por un período de tiempo definido. Si, ya sabemos los “tiempos definidos” de la voracidad del neoliberalismo: Recuerde usted que, en nuestro país, el decreto 2331 de 1998, expedido al amparo de la emergencia económica para salvar los bancos, instauró el gravamen del 4×1000 que solo duraría un año. Ya vamos en el año 22 y sigue contando.

Magos en la retórica, nos dicen de igual manera que no, que no es el agua como tal la que se cotiza en la Bolsa, no señor, lo que se cotizan son “contratos sobre los derechos al uso del agua”. Lo mismo pero distinto, diría nuestro profesor de filosofía.

Lo objetivo es que la decisión se toma en una instancia histórica en la que, según datos recientes de las Naciones Unidas, 2.1 BILLONES de personas no tienen acceso al agua tratada y 2.4 BILLONES mas carecen de instalaciones sanitarias adecuadas. De hecho, 1.700.000 niños MUEREN AL AÑO como consecuencia de enfermedades asociadas a la crisis del agua: la cólera, la disentería y la malaria.

En febrero del año anterior otro informe de Naciones Unidas daba cuenta de la existencia de 17 naciones que ya registraban un estrés hídrico extraordinariamente alto. Refería de igual manera que “en aquellos países hay muchas ciudades grandes y sedientas que han tenido escasez pronunciada en fechas recientes, incluyendo Sao Paulo en el Brasil; Chennai en la India, y Ciudad del Cabo en Sudáfrica”, destacando que en el año 2018 (ayer nada más) esta última ciudad apenas pudo superar el llamado “día cero”, cuando todo el suministro iba a secarse por completo.

Parece pertinente decir, para reafirmar el concepto de los analistas que nos tranquilizan con la decisión sobre el tema del agua en wall street, que la crisis global del agua también se debe, como ellos afirman, al “deterioro ambiental”.

No aprenden. La noticia se difunde en pleno rebrote de la pandemia del COVID19, que ha demostrado, dentro de otras muchas cosas, la debacle neoliberal. El Modelo de libre mercado que convocó al intercambio de bienes y servicios sin restricción alguna por parte del Estado, cuya única función debe reducirse a proteger a los jugadores de la oferta y la demanda y a no permitir “las infracciones de terceros”.

En la lógica de ese intercambio, todo es una mercancía susceptible de ser vendida y comprada: La educación, la salud (ya no existen pacientes, sino clientes), los servicios públicos, las carreteras y, ¿por qué no? El agua, el aire, ¡lo que sea!

Que no, que hablar de estas cosas es difundir una visión apocalíptica, que debemos ser optimistas. Nunca fue tan válida la afirmación de Noam Chomsky: “la manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye los cerebros”.

No tragar entero es la urgencia manifiesta de estos tiempos.

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4 respuestas a «Y convirtieron el agua en mercancia…»

Hola Camilo. También que la vida los castigue de forma ejemplar, porque a no dudarlo, sus ganancias aterradoras les darán para comprar el agua al precio que ellos le pongan.

El problema es que si ellos, las Potencias, se les agota el agua, nos impondrán guerras para quitarnos el agua; por algo son Potencias para imponernos su voluntad. Los colombianos tenemos desde ya la obligación de colocar una pared, entre esos intereses y los nuestros.

Hola Luis. Tienes toda la razón. Los intereses del neoliberalismo riñen con los intereses de nuestra nación.

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