No importa su edad, pueden ser septuagenarios o treintañeros, pero el factor común es su condición de adolescentes eternos. Esa inmadurez galopante que exhiben con orgullo y altanería, los hace instrumentos fáciles de las fuerzas oscuras de la política y del capital, que los utilizan sin contemplaciones. ¡Mírelos nada más! Son narcisos patológicos. Por Alberto […]
Gobernantes en modo Peter Pan
