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Al Alberto

La cínica desfachatez de los corruptos.

Por Alberto Morales Gutiérrez

No hay duda. Vivimos en uno de los países más corruptos de la tierra. Es una realidad que no podemos matizar, controvertir o justificar. Y lo somos, no solo de cara a investigaciones globales sobre la corrupción percibida, sino por la dimensión de las cifras atroces que comprometen el robo diario y descarado de los recursos públicos, tanto como por las prácticas corruptas incrustadas en todos los actos de la vida cotidiana. Somos actores y testigos de cómo aquí, se burlan sin contemplación las más mínimas normas de convivencia ciudadana. 

La corrupción se ha tornado desafiante: ya no se ejerce escondida y transitando por entre la oscuridad de las alcantarillas, no. Los corruptos dejan sus huellas por donde quiera que pasan y les importa un rábano que las gentes se enteren, porque tienen la convicción íntima de que jamás los van a tocar. Pagan su inmunidad a los encargados de administrar justicia, que ellos mismos han corrompido.

La corrupción opera como un entramado de células cancerosas que se buscan y se fusionan y se reproducen; una red que aglutina a políticos, contratistas y facinerosos que actúan férreamente unidos por su comunidad de intereses. Es una enfermedad pandémica que ha contagiado a la sociedad toda. La corrupción se ha naturalizado. Las gentes asumen que eso fue lo que nos tocó, que es que en Colombia somos así. “Que roben, pero que hagan cosas” dicen con resignación. “Que la corrupción opere en sus justas proporciones” clamaba el expresidente Julio César Turbay hace cuarenta y ocho años.  

Las redes sociales aúpan al desfachatado, aplauden la respuesta cínica. “Lo peinó” -dicen- cuando la arrogancia del corrupto se hace manifiesta. La mayoría de las entrevistas son acordadas. Es común que al cínico le pregunten muchas cosas, menos lo que deben preguntarle. El corrupto es grandilocuente. Se ha vuelto hábito que su bandera sea “la lucha contra la corrupción”. “¡Los buenos somos más!” afirman, para que todos quedemos tranquilos. Su vileza ya no reconoce fronteras. Cuando sus lavaperros son atrapados con las manos en la masa, el corrupto afirma, sin pestañear, que las cosas sucedieron a sus espaldas.

En los medios de comunicación cooptados por los dineros corruptos, el titular de la noticia es siempre acomodaticio y se construye en la perspectiva de los intereses de cada bando. Aquí pasa de todo, pero nos manipulan con la idea de que los corruptos son los otros y que los corruptos de hoy no lo son, porque con ellos, ahora sí, el mundo está cambiando. 

El axioma de Lord Acton parece confirmarse a cada hora, en cada paso: “el poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente”.

El daño causado es de impactos incalculables pues, en términos perceptuales, las gentes asumen que no existe posibilidad alguna de modificar este estado de cosas porque “todos son iguales”.  Los niveles de abstención y desinterés crecen y se allana el camino para que los corruptos actúen cómodamente con el apoyo de sus propias clientelas.

El cinismo, ya incorporado al libreto de las narrativas del corrupto, ha logrado que esta gente mienta de manera imperturbable, mienta mirándonos a los ojos.

Ética y moral ya no significan nada. El pragmatismo es la nueva bandera; nos convocan a que “seamos prácticos”, “realistas”; debemos aceptar que “las cosas son como son, y punto”.

El analista peruano Miguel Palma refiere en una conferencia de 2014, que el cinismo le es útil al poder corrupto, ya que siembra el terreno para la apatía y la indiferencia. Insiste en que en un ambiente cínico, las alternativas políticas nacen muertas, ya que el ciudadano es incapaz de concebir un opositor que no sea un mentiroso o un mercenario. Esclarece además que en un ambiente cínico, la indignación y la independencia no existen. No hay esperanza ni proyectos renovadores, sino solo un entramado de crudos intereses opuestos.

Tiene toda la razón porque, hay que decirlo, la corrupción es también una pandemia global. No hay país o sociedad que pueda tirar la primera piedra.

El sociólogo Zygmund Bauman (1925-2017) tituló su último libro “Ceguera Moral”  -Paidós 2016 – Hace referencia a la manera como la ética y la moral han sido virtualmente borradas por los actores de la política, que actúan con la idea absurda de que ellos pueden hacer lo que quieren sin que les ocurra nada. El progresivo deterioro moral -dice- la insensibilidad moral, se ha convertido en el signo y característica de nuestro tiempo.

Y esa ceguera tiene su origen en la orgía neoliberal. El mismo Miguel Palma destaca que en el escenario de la modernidad global, el “crecimiento” económico es consustancial con la degradación general del trabajo, que se entreteje con el acrecentamiento de la violencia, los delitos y la corrupción. Se trata -dice- de un fenómeno que avanza y se consolida en frente de nuestras narices: la sociedad actual es cada vez menos propicia para el contacto entre las personas, se ha transformado en un lugar de inseguridad y violencia cotidiana, el narcotráfico, el caos vehicular, las edificaciones permanentes, la suciedad, la contaminación, el desempleo, la informalidad, el narcotráfico, las pandillas juveniles y la criminalidad, gravitan alrededor de nosotros.

Esta conclusión es relevante: “la capacidad de organización, participación vecinal y una comunidad integrada se desvanece. El resultado es el surgimiento de un sub-ciudadano carente de la dimensión pública, reducido únicamente al ámbito de las decisiones individuales y privadas”

Se han desarrollado unas condiciones en las que se nos niega la posibilidad de pensar en referentes colectivos de la sociedad. Margaret Thatcher, la primera ministra británica que adoptó la doctrina neoliberal como la razón de su vida, sentenció:  “no existe lo que se llama sociedad. Hay [solo] hombres y mujeres individuales y hay familias».

Esta desmoralización de la sociedad, este vacío espiritual, es caldo de cultivo para que la  desfachatez y el cinismo rampante de la corrupción, se sienta imbatible.

Pero, prodigios de la dialéctica, empiezan a configurarse contracorrientes.

Payan Akhavan, del Tribunal de la Haya aporta un diagnóstico: “Existe una conciencia global emergente que defiende que nuestro bienestar está vinculado al de los demás, que somos una especie humana que habita un lugar común y que las concepciones tradicionales del yo y del otro están colapsando, lo que nos obliga a redefinir nuestra identidad de formas más profundas”.

Esa es, precisamente, la urgente e imperativa tarea de un Proyecto Humanidad.

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44 respuestas a «La cínica desfachatez de los corruptos.»

Hay que romper paradigmas como los de la “dama de hierro” esa y otras afirmaciones caóticas que excluyen el interés general de la civilización retrógrada que aniquila y ensordece.

Buenos días Juan. Gracias por leer y comentar. No se nos puede olvidar que Pinochet, junto con Reagan y la Thatcher, conformaron el trío pionero en adoptar al neoliberalismo como la doctrina económica que define al capitalismo depredador de estos tiempos

Lo más %$#@ es que quieren hacer creer que la corrupción es de este gobierno.
Y que los presidentes de los últimos 30 años han sido impolutos.
El pueblo elector sabrá poner freno a este cáncer ?

Creo Jose que debemos confiar en que seamos capaces de poner a este freno. No creo que la corrupción de este gobierno sea inédita. No. Se ha gestado y entronizado desde hace más de un siglo. El gobierno actual decidio como estrategia, aliarse con esos sectores y debe asumir la responsabilidad de sus actos.

Hola John. Siempre me gustan mucho tus agudos comentarios, gracias por leer. Sabía que compartirías conmigo la alentadora perspectiva de Payan Akhavan.

Hola Luis Alfonso. Gracias por leer y comentar. Estamos viviendo en el peor de los escenarios.

Alberto
Perdóname, pero me veo obligado a aprovechar tu espacio para hacer este comentario. Es tan grave y surreal el problema que ya no nos importa. Es parte de un paisaje aceptado, vívido y transitado.

CORRUPCIÓN Y COMPROMISO

Por: Juán Fernando Uribe Duque

Al parecer es tan grande la corrupción en Colombia que la misma justicia y los mismos colombianos seríamos incapaces de erradicarla y menos investigar a cabalidad los grandes saqueos al Estado. Es tan nutrida, tan robusta y tan poderosa la cultura de la corrupción, que ni aún un gobernante honesto como lo es el presidente se salva de que lo permée, al estar rodeado de todos los artilugios y entramados del corrupto que se disfraza de leal y honrado para conspirar contra su gobierno creándole una falsa imagen de delincuente. Incluso tienen la desfachatez de pedir perdón a sabiendas del descrédito y la posible condena. Es tanto lo que se roban, que no tienen vergüenza, pues pueden soportar un minuto de sonrojo ante los medios, por un largo resto de vida disfrutando el botín. En otros países los cogen entre varios y los arrojan a un depósito de basura, o los ahorcan.

Se necesita con urgencia el surgimiento de una nueva cultura de amor y respeto por Colombia. Tal vez una nueva generación de jóvenes, con un pensamiento distinto, otra filosofía, una contracultura interesante, otros conceptos más de acuerdo a las nuevas realidades que nos plantea la posibilidad de seguir viviendo en un planeta en que la existencia de la especie humana está en entredicho: guerras sin solución, desastres ambientales derivados de la codicia, genocidios en nombre de falsos dioses, miseria, enfermedades mentales que configuran un accionar dentro de un tejido social cada vez más amenazado.
En la actualidad vemos, salvo algunas excepciones, a una juventud angustiada y torturada por el mismo afán de consumo y aislamiento. Muchos son egoístas, víctimas de su propio rendimiento, apáticos al devenir político y sí muy pendientes de su estrato personal.

Cada vez más estamos viendo que el equipo íntimo del presidente se ha renovado con otras fenotípias ( apariencias), barbudos, peludos, chicas con tatuajes, ropas que recuerdan los multicolores ancestros, negras y negros con abalorios y peinados estrambóticos, todos ello sugiere nuevas ideas, nuevas actitudes, otro bagaje ideológico, una nueva forma de asumir el mundo y el país y que se aprecia en sus informes y en las intervenciones públicas.
La misma realidad corrupta anacrónica y delincuencial, nos está llevando a una renovación en la nómina gubernamental para estar a la altura de un gobernante evolucionado espiritualmente, más no por ello pusilánime y débil. Todo lo contrario, fortalecido para enfrentar con argumentos y fuerza el compromiso con el que la historia lo está enfrentando.

NOTA: Los últimos informes de los ministros en la correría del equipo de gobierno dan buena cuenta de los logros y el compromiso por los pobres (70% de la población colombiana). Las reuniones no son ahora en el Centro de Convenciones, sino en los coliseos de los barrios populares, aquellos donde no hay agua potable ni alcantarillado, en donde no hay un sanitario en el rancho, o donde la muchacha no tiene una cortina para arreglarse con pudor.
El grupo de ministros que se ha logrado concretar DESPUÉS DE LA TRAICIÓN, es interesante y competente. Aptos como el pueblo que los apoya para defender con alegría y valor al gobierno de un guerrero, de un batallador por el bienestar de los que ya han sufrido bastante y tienen por fin una oportunidad sobre estos suelos llenos belleza e inequidad.

Hola Juan Fernando. Eres siempre bienvenido por aquí. Tengo con tu análisis una divergencia. Soy incapaz de asumir que el presidente esté libre de toda responsabilidad en los escándalos de corrupción. Por el contrario, lo veo como una muestra de lo desacertado de las alianzas con los más indeseables a nombre de su proyecto político. No fue inteligencia estratégica, fue un error monumental. Abrazo

No hablo de candidez, tal vez de inexperiencia. En su carrera política, larga y tortuosa ha confiado y lo han engañado, pero no es ni ha sido corrupto. Lo conozco personalmente y sé que quiere lo mejor para los pobres desarraigados de este país, lo mejor para Colombia, su desarrollo. Y no es fanatismo, no, muy lejos de ello, es confianza en el primer caudillo que se mete a un rancho a palpar y ver la vida de treinta millones de compatriotas que sobreviven como animales. Equivocado en la “gerencia”, puede que si, pero corrige y avanza a pesar de la podredumbre alrededor.
Cuando Evita Perón inauguró el gran Centro de la Mujer en Buenos Aires, alguien de la élite política dijo: “es la primera vez que alguien se preocupa por el pueblo y no por los negocios” Luego, al ser derrocado Perón fue convertido en un hotel – buen negocio-
Es cuestión de actitud y de pensamiento: se pueden conservar los negocios sin acabar con él país.

No sé Juan Fernando. Pienso que, desde el punto de vista ético y político, sería importante que el presidente asumiera una responsabilidad por los resultados de su estrategia en este tema particular de la corrupción.

Apenas esta destapando la olla. Esperemos que con Carrillo y Bolívar los resultados nos sorprendan, viendo un montón de señorones y señoritos, encartados

También creo en la inocencia de Petro. Ha dado desde su puesto de senador las más duros debates donde la corrupción y ha sido él mismo quien ha pedido la investigación de sus traidores.
Pero es entendible que ante todos estos gobiernos corruptos por 200 años, ya todos los habitantes de este país somos corruptos en potencia.

Me pregunto Maria E, cómo se explicaría desde la inocencia, que el presidente persista en mantener en sus embajadas a personajes como Benedetti o como Roy Barreras. Por qué crece el poder interno de un personaje tan siniestro como Carlos Ramón Gonzales. Es él quien los ha nombrado y los mantiene, ninguna otra persona.

años y años de saqueo de corrupcion y diria que hasta merecida y ademas diria que brutos si no lo hacen, en un pais donde el pueblo los reelige por ese prceder, donde los medios clasifican la corrupcion dpenediento del ladron, donde se unen al ladron y lo elevan para combator al contradictor, donde mano lava mano
donde el remedo de leyes los favorece y el mejor argumento de los abogados es el vencimiento de terminos y el pago a testigos falsos. PAIS DE CAFRES ESO SOMOS

Agradezco mucho tu lectura y comentario Jesús. Es aterrador lo que nos ocurre. ¡Sí! mano lava mano.

Alberto, excelente escrito, muy oportuno. El diagnóstico está hecho. Lo que no veo es el remedio, la solución. Como acabar la corrupción? Quien y como puede hacerlo? El oráculo de Macondo lo predijo: ” porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tendrán una segunda oportunidad sobre la tierra”. Los que seguirán teniendo una segunda, tercera y….serán los mismos de siempre.

Hola Efrain. Gracias por pasar por aquí. No creo que haya una solución única, ni que exista un. remedio infalible contra la corrupción en nuestro país y en el mundo. Como todos los fenómenos sociales, corresponde a la sociedad evolucionar a partir de la reflexión, de la sistematización de las experiencias. Confío en que esa reflexión se inicie más temprano que tarde. Abrazo y saludos.

Alberto sabes cuando me di cuenta que lo cosa publica y privada en colombia empezaba a degradarse rápidamente..?
Cuando observaba las risotadas cínicas e imbéciles que provocaban los chistes de salustiano Tapias y montecristo…

Hola Eduardo. Hay un tema en nuestra cultura que es necesario revisar con responsabilidad. Hay relatos, narrativas, chistes, frases, que deben ser revisados. Gracias por leer.

“Dejar hacer, dejar pasar”
Esa parece ser la consigna del pueblo colombiano y termina cohonestando con la corrupción y/ o el delito.

Parece que indigna más que te roben en tu casa o negocio que las arcas del Estado. Falta más conciencia social

Hola Carlos Arturo. Gracias por tu lectura y comentario. Expresas claramente uno de los planteamientos de Miguel Palma referido en la columna: nos hemos convertido en “un sub-ciudadano carente de la dimensión pública, reducido únicamente al ámbito de las decisiones individuales y privadas”

Gracias don Alberto yo difiero de su concepto respecto a Petro, en mi sentir es el sistema corrupto que aupamos por acción u omisión. Mire usted como hoy todo es Petro y los doscientos años para atrás? Dejamos hacer y dejamos pasar, hoy se destapan las infamias de los cínicos y somos tan pusilánimes que los dejamos hasta con las fortunas mal habidas. Mire nada más a Emilio Tapia? Gran contratista del estado desde la cárcel! Será que nos merecimos lo que tejimos?

Hola Helena. Muchas gracias por tu lectura. No he dicho que la corrupción haya sido un invento del actual gobierno, no. La corrupción se ha entronizado en el país y en ella han tenido que ver absolutamente todos los gobiernos liberales y conservadores. Refiero incluso el llamado de Julio César Turbay clamando por llevar la corrupciòn a sus justas proporciones.

Muchas gracias y claro vi su referencia a “… sus justas proporciones “ es de alucinar todo lo que sucede.

Faltó decir que quién se atreve a denunciar la corrupción y trata de combatirla, lo califican de corrupto y lo atacan y persiguen

Hola Olmedo. Muchas gracias por tu lectura. Tienes razón, el sectarismo, el comportamiento de secta que es común a todos los bandos, no acepta razones, solo insultos. El pensamiento ha sido derrotado.

Don Alberto su antipatía por el Presidente Petro , no quita que se le reconozca que es un persona honesta ( ya casi nadie lo es). Que se haya rodeado de personas ‘no gratas’ es otra cosa. Cuanto se le ha criticado que por nombrar en puestos e gobierno a personas sin experiencia o bagaje en lo administrativo , pero dese cuenta de los nombramientos más cuestionados y criticados, Director del DPS y de la UNGRD, son los que están mostrando cuánta podredumbre ha habido alli en esos entes.

Don Alberto su antipatía por el Presidente Petro , no quita que se le reconozca que es un persona honesta ( ya casi nadie lo es). Que se haya rodeado de personas ‘no gratas’ es otra cosa. Cuanto se le ha criticado que por nombrar en puestos e gobierno a personas sin experiencia o bagaje en lo administrativo , pero dese cuenta de los nombramientos más cuestionados y criticados, Director del DPS y de la UNGRD, son los que están mostrando cuánta podredumbre ha habido alli en esos entes.

No es animadversión Olmedo. Es indignación por su falta de coherencia. No puedes animar a tus electores con el argumento del cambio y cohonestar con personajes cuyas historias de corrupción y mal manejo y ausencia de ética son evidentes, nombrándolos en cargos de gran responsabilidad: Roy Barreras, Benedetti, Carlos Ramón Gonzales, para no citar sino tres ejemplos. Es eso.

Apenas esta destapando la olla. Esperemos que con Carrillo y Bolívar los resultados nos sorprendan, viendo un montón de señorones y señoritos, encartados

Lo de Benedetti es grave! Parece intocable… tienes razón. Lo de Roy no lo conozco bien.
Esperemos respuestas…
Será que esta protegiendoal hijo?

Un dato adicional, Juan Fernando. ¿Es posible exonerar de responsabilidad al presidente, de cara a la designación y libertad de gestión que tiene Carlos Ramón Gonzalez, cuyos antecedentes y prácticas corruptas no admiten interpretaciones?. De verdad que este tema de la corrupción en este y en todos los gobiernos que han sido, resulta desmedido y agobiante.

Alguien dijo, con mordaz sarcasmo, que “la clase política colombiana era tan corrupta que era capaz de corromper a Pablo” . Y es cierto, desde los inicios mismos de la República ha sido así , no olvidemos que Francisco Antonio Zea, el primer corrupto, se “parrandeó” y dilapidó el empréstito que nos concedió Inglaterra, y, desde ese entonces, y hasta ahora, las prácticas corruptas y el asalto de los dineros públicos ha sido la constante de nuestra clase política. Sin embargo hay que admitir que nunca llegó a extremos tan aberrantes como en los veinte años de gobiernos uribistas . Uribe con la complicidad del establecimiento y de los poderosos medios de comunicación, y con la permisividad de un poder judicial y de los organismos de control , entronizó las prácticas mafiosas en absolutamente todas las instituciones del Estado y las corrompió hasta la médula. Ese país, corroído por la más descarada corrupción, fue el que heredó Gustavo Petro que ve un tanto impotente como su deseo de extirpar ese cáncer e introducir “una nueva cultura de amor y respeto por Colombia” se desvanece por culpa de un montón de mercenarios de la política que pululan en su mismo partido de gobierno. El presidente está pagando muy caro haberse asociado con redomados y corruptos politiqueros como Benedetti y, también, aceptar presiones de dirigentes del Pacto Histórico como es el caso de Clara López que impuso a Olmedo López en la UNGRD. Razón tiene el amigo Juan Fernando Uribe Duque cuando dice que “ni aún un gobernante honesto se salva de que (la corrupción) lo permeé”. Petro, sin duda, se ha equivocado con muchos nombramientos y deberá corregir el rumbo, pero no debemos olvidar que está librando una descomunal batalla (casi solo) contra una voraz oligarquía, cínica e hipócrita y manipuladora de la opinión pública, que lo quiere ver muerto o defenestrado. Si no rodeamos al único presidente honesto e impoluto que hemos tenido después de Bolívar, aún con sus inevitables errores, Colombia estará perdida para siempre…y una caverna peor que la de los César Gavirias, Vargas Lleras, Pastranas, Uribes, Duques, y demás escorias, será la que esquilmará a nuestros nietos.

Hola Edgar. Muchas gracias por tu reflexión. No hay duda que el tema de la corrupción tiene raíces históricas y excesos probados en los últimos años. Las decisiones tomadas en torno a esas alianzas “non santas” le hicieron un flaco favor a la causa de la lucha contra este flagelo.

Excelente artículo. La realidad colombiana nos enseña que ” el vivo vive del bobo” y “el vivo” trama a la sociedad con sus discursos y planteamientos angelicales, mientras en el bolsillo de atrás lleva lo robado. Nos han enseñado a hacer dos filas en el supermercado, doble fila en los cruces de los automóviles, a ” lo encontrado es mío” y mil enseñanzas más de ese tipo. Esta sociedad gastará siglos en corregirse

Hola Hernán. Muy bueno verte por aquí. No dudo que corregir este desastre tardará mucho tiempo. Gracias por leer.

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