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Mentiritas, mentiras, mentirotas.

Por Alberto Morales Gutiérrez

No hay que profundizar mucho para asumir como cierto que, en el mundo contemporáneo, la farsa y la mentira tienen la iniciativa. Las gentes, y los políticos, y las empresas, y los gobernantes, han logrado que sus días transcurran a la manera de una puesta en escena en la que nada de lo que se dice y se hace, es cierto; nada de lo que se ve, es cierto; nada de lo que se registra, es cierto.

Está demostrado que, bajo las apariencias de la felicidad, del exitismo, de la riqueza, del logro; se esconden las miserias humanas, empresariales, financieras y políticas, más deplorables y escandalosas.

Se miente sobre todo y sobre todos. Hay mentira en las noticias, en los titulares, en las biografías, en los textos de historia, en los textos “científicos”, en el análisis concreto de la situación concreta.

Una síntesis acertada de cómo la mentira se mueve con solvencia y premeditación para crear nuevas verdades, está asociada al racismo, por ejemplo. Michael Moore escribió “Estúpidos hombres blancos” (Byblos 2005) un ensayo disruptivo sobre el tema, en el que narra su vivencia alrededor de lo que él denomina: “el sospechoso es un varón negro”.

Esta noche estoy en Atlanta -dice- y “les juro que el retrato robot del negro sospechoso que aparece en la pantalla del televisor, es igualito al sospechoso que vi anoche en Denver y que vi la noche anterior en Los Ángeles. En cada uno de esos bocetos aparece frunciendo el ceño, amenazador, siempre con la misma gorra. ¿Puede ser – se pregunta- que todos los crímenes del país los cometa el mismo negro?

Aquí en Colombia, como no somos muy originales que digamos, se decidió que todos los crímenes posibles los cometía la misma negra (Piedad Córdoba) y nadie se inmuta, las gentes lo aceptan como cierto. Si alguno de nosotros piensa algo diferente de ella, entra a engrosar la lista de los sospechosos. Cualquiera sea su color de piel, de ipso facto es ennegrecido.

Umberto Eco hace referencia a la manera como ha “prosperado” el gusto malsano por la imprecisión histórica; la credulidad indiscriminada hacia cualquier fuente y tendencia; a no usar un testimonio cuando se haya demostrado fidedigno, sino a juzgarlo fidedigno porque ha sido usado con anterioridad. Los ejemplos abundan. Pregúnteles a los amigos de la negra; a los que escuchaban o leían noticias sobre la negra; a los que difundían y argumentaban sobre la imagen negativa de la negra.

No hay un solo estilo y método para el ejercicio de la mentira. Los que la crean, la animan, la difunden, la instituyen; abundan y no son distintos, casi siempre.

Mire nada más la síntesis histórica de dos mentirosos insignes: Cagliostro y Saint Germain. Ambos tuvieron dotes extraordinarias para el engaño; las historias de los dos son fraudulentas, y difirieron poco en los métodos y en las formas. Ambos dieron mucho de qué hablar en el siglo XVIII.

El más enigmático y mítico fue, sin lugar a dudas, el conde de Saint Germain (1693- 1784), pues sus orígenes son muy difusos y su puesta en escena tiene ribetes fantásticos. Aventurero, inventor, alquimista, músico, “vendió” la idea de que era inmortal, aunque nadie nunca lo oyó decirlo. La afirmación la hacían sus corifeos y él callaba.

De hecho, hay un mito urbano en New Orleans según el cual, reapareció en el siglo XIX. A cada rato St Germain es “encontrado” en otros siglos y localidades. No se sorprenda: en la actualidad es un referente místico dentro de la escuela de “la metafísica cristiana”de Conny Méndez.

El conde Alessandro Cagliostro (1726-1795) es más terrígeno, pues se sabe de su origen humilde en Palermo, Sicilia. Su narrativa fantástica le permitía afirmar que era de noble cuna y que fue abandonado poco después de nacer en la isla de Malta. Fue también aventurero, ocultista, alquimista y mago.

Ambos hicieron estragos en las cortes europeas de su época. Cagliostro terminó encarcelado en el Fuerte de San Leo en donde murió.

Los dos fueron “condes”. ¿No ha notado usted que todos los estafadores, los de ayer y los de hoy, llegan siempre disfrazados de “gente de bien” y de sangre azul?

En el presente, el terreno está abonado para que la mentira se imponga, porque además de la disposición colectiva a recibirla, hay también una “profesionalización” del mentiroso.  

Es cierto, ya hay desarrolladas técnicas para mentir con eficacia.

Trump, Milei, Petro, Uribe, Bukele, incluso especímenes astutos como Néstor Humberto Martínez o insignificantes como Daniel Quintero, han hecho del engaño con intención su manera de ser, y han ido más lejos aún: son capaces de crear un mundo con sus mentiras, y habitan en ese mundo, según lo plantea Hannah Arendt. Para ella, la mentira tradicional no es la misma mentira política de las sociedades modernas.

En el pasado, – dice la profesora Natali Chamorro- el político mentía a un grupo específico frente a un asunto específico en un medio específico, pero hoy, en las sociedades modernas, “la mentira en política se construye en un proceso continuo con otras mentiras, que implican diferentes estamentos y medios de propagación”, lo que hace que la mentira contemporánea sea más incontrolable e incalculable. Así las cosas y como usted lo ha notado, ni Semana ni El Tiempo, junto con muchos otros medios, tienen un ápice de originalidad.

Un escenario, así concebido, es terreno abonado para la edulcoración mítica del mentiroso. Toda su ridiculez, su ignorancia, su chabacanería se reviste de un halo “mítico” que le concede gracia a sus malas maneras; coraje a sus gritos; fuerza a su brusquedad. Todos ellos son bufones mediáticos que actúan para sus galerías enardecidas, quienes dan a sus mitos dimensiones sagradas.

El filósofo francés Jaques Derrida le da a la mentira un “poder realizativo” porque, según él, llegan un momento en el que las afirmaciones políticas son capaces de “construir “verdades” o comprensiones del mundo común” y las gentes terminan instaladas en esas “verdades”.

Usted los escucha a diario: Trump es el gran timonel, Uribe el gran colombiano, Quintero el salvador de Hidroituango, Bukele el antisistema y Petro el gran cambio. Todos ellos son el paraíso, son la tierra prometida. Abrir los ojos en la isla de la fantasía se ha convertido en una tarea de titanes.

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20 respuestas a «Mentiritas, mentiras, mentirotas.»

A nivel local el personaje de la negra esta muy bien logrado, sin dudas sirvió de chivo expiatorio para todo y a nivel global me gusta lo de jack de Riddà porque nos deja la esperanza de una vuelta de tuerca que restablezca el orden …!!
Gracias Alberto..!

Gracias a tí Eduardo. Tienes razón, la esperanza está en la filosofía de la diferencia.

Recuerda a Francisco Bacon calumnia calunmia que de eso algo queda esa la actual realidad de nuestro pais solo mentiras y calumnias en busca del bien personal y buscando dañar a quien no comparte sus ideas pobre mi colombia

Hola Jesús, muchas gracias por leer y comentar. Es un escenario bastante complejo, de verdad.

Parece que olvidó el podio de los nuevos mejores nacionales, en su orden: Francisco Babosa, Margarita Cabello y María Fernanda Cabal.
Y los que cada día hacen lo imposible por llegar a estar en él: Buitre Valencia, Bobo Bobo, Marta Mancera, Vicky Davila y muchos otros con los que la lista se alargaría bastante.

Gracias María por leer y comentar. Es una lista interminable ciertamente.No cabría en el corto espacio de una columna. Toca escoger para poner ejemplos.

Hola Carlos Arturo por leer y comentar. Son muchos los campeones de la mentira. Sus andanzas, estragos y crímenes son “vox populi”. Tienes toda la razón

Gracias don Alberto, excelente exposición del panorama político! Es muy agradable leerlo y los comentarios de los lectores enriquecen!

De ahí la importancia de estar siempre atento, estudiando, debatiendo, conociendo y sintiendo. Al que no estudia y se cuestiona, le meten el dedo y lo ponen a cantar.
En un mundo de incautos pretenciosos o atemorizados sin razón, el mentiroso manipulador es rey.
Porfirio era experto y además de seducir, también robaba. Recúerdalo…

Muchas gracias por tu lectura y comentario Juan Fernando. La idea, aunque incurramos en equivocaciojes, es que tengamos el valor de atrevernos a pensar.

Bueno su análisis político, pero creo que Petro no es mentiroso, ha sido siempre coherente y está luchando por mostrar una realidad que la quieren tapar a base de mentiras: que Colombia es un país donde perfectamente cabemos TODOS y que es uno de los países más bellos del mundo..

Hola Álvaro, muchas gracias por leer. La posición de Petro con relación al tema de la soberanía nacional, los TLC, y las orientaciones económicas del FMI, tanto como el tipo de aliados que ha escogido para protagonizar el cambio, me hacen verlo diferente a como tú lo ves. Abrazo.

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