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El hedor de esas universidades…

Por Alberto Morales Gutiérrez

Sorprende el detalle de que la sanción fuera firmada el último día del gobierno del señor Duque por su ministra de educación María Victoria Angulo. Imagine usted cuál sería la dimensión de los excesos, que la señora Angulo quiso curarse en salud.

La Universidad Sergio Arboleda, envilecida hasta los tuétanos por la corrupción, acaba de perder su “Acreditación Institucional de Alta Calidad”. La resolución del Ministerio de Educación fechada el pasado 5 de agosto, desencadenó dos semanas después que su rector, Rodrigo Francisco Noguera Calderón, fuera “removido” de su cago por el Consejo Directivo. Es un decir, desde luego, pues la familia Noguera controla en un todo y por un todo su negocio. De hecho, sin tomarse la molestia de guardar al menos las apariencias, se designó como nuevo rector a su hermano, el señor Jorge Noguera Calderón.

Ha de estar Ernesto Lucena Barrero, exministro del deporte de Iván Duque e hijastro del exrector removido, mordiendo su resentimientos, pues dicen que al dejar su cargo en el ministerio, llegó a reclamar su condición de heredero del imperio.

En los últimos años, los escándalos alrededor de esa institución se presentaban casi a diario, pues los actos corruptos y la desfachatez era de tal dimensión y desvergüenza, que ya no les importaba ocultarlos.

Dos de sus egresados más conocidos eran el presidente Iván Duque y el Fiscal General Francisco Barbosa. Una explosión de poder tan inusitada en manos de dos personajes tan mediocres y siniestros, hacía pensar a los Noguera que eran virtualmente intocables.

Sorprende el detalle de que la sanción fuera firmada el último día del gobierno del señor Duque por su ministra de educación María Victoria Angulo. Imagine usted cuál sería la dimensión de los excesos, que la señora Angulo quiso curarse en salud.

Hay un consenso en el sentido de que esa universidad se fue configurando como una especie de “trinchera ideológica del uribismo”, lo que explica el hecho de que en el entramado de todos esos escándalos, gravite la presencia de personajes emblemáticos de esa corriente política: Néstor Humberto Martínez; la esposa y el suegro de Andrés Felipe Arias; Zaida Barrero, esposa del rector removido y excandidata al senado en las listas del Centro Democrático, quien, al no ser elegida, fue nombrada por Barbosa como la pomposa directora de Justicia Transicional de la Fiscalía, entre muchos otros.

Han sido “profesores insignes” o conferencistas de la Sergio Arboleda miembros “connotados” de la falange uribista, algunos de los cuales cobran sus honorarios sin acercarse a las aulas: el mismo Francisco Barbosa, José Obdulio Gaviria, Néstor Humberto Martínez, María del Rosario Guerra, Andrés Felipe Arias, Jorge Pretelt, Alfredo Rangel, Oscar Iván Zuluaga, y el mismo Iván Duque.

No hay, virtualmente, en todo el espectro de los actos de corrupción posibles, uno en el que el nombre de Noguera y el de la universidad no estén presentes de manera directa o por interpuestas personas: peculado, concusión, cohecho, interés indebido en la celebración de contratos, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, prevaricato, en fin.

El contubernio entre el rector Noguera, el fiscal Barbosa, la periodista Darcy Quinn, Catalina Noguera, Néstor Humberto Martínez y otros oscuros personajes para impedir la imputación de cargos a miembros de la familia Ríos Velilla y contra el actuar de la fiscal Angélica Monsalve, fue uno de los casos más sonados, pero no el único de su amplio listado de acciones delictivas.

La corrupción ha hecho estragos en los campus universitarios y su siniestra influencia es también una expresión del acorralamiento de la ética, la descomposición generalizada y la decadencia del mundo contemporáneo.

Mire nada más el escándalo conocido como la “operación Varsity Blues” que involucró a universidades como Yale, Stanford, Georgetown, la Universidad de Texas, la del Sur de California, la de Wake Forest, entre otras: en el año 2019 más de cincuenta personas, entre ellas las actrices Felicity Huffman y Lori Loughlin, fueron acusadas por ser parte de un plan de fraude y sobornos para que sus hijos ingresaran a algunas universidades de renombre. El esquema de fraude abarcó todo el país y se extendió desde el 2011 hasta febrero de 2019. Se trataba del desarrollo de sofisticados mecanismos para hacer fraude en los exámenes de ingreso, con sobornos a entrenadores de equipos universitarios para que admitieran aspirantes sin aptitudes deportivas.

En el 2014, el proyecto Sener-Conacyt 160015, que durante cuatro años desarrolló la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explotó al comprobarse la existencia de múltiples irregularidades con consecuencias penales, instigadas por la cúpula de la Universidad, incluyendo a sus abogados y la Contraloría de la institución.

Es emblemático el caso Laurete en Chile, del 2016 y que involucra a los rectores y funcionarios de las universidades Andrés Bello, las Américas y Viña del Mar, por lucrarse irregularmente con millones de dólares; tanto como el entramado de corrupción que desencadenó en Argentina Néstor Kirchner en el 2004 con la reforma al régimen de contratación de ese país, que permitió hacer triangulaciones y utilizar a las universidades para contrataciones directas (una práctica muy extendida por aquí) desencadenando escándalos de corrupción que se han hecho públicos en los tres últimos años e involucran a las universidades de San Martín, La Matanza y Tres de Febrero.

En el 2018 se descubrió que la Universidad Rey Juan Carlos de España otorgó irregularmente medio millar de títulos de Derecho a ciudadanos italianos.

Para no bajarle la temperatura a este estruendo, me parece pertinente recordar el listado publicado en el año 2020 por el Ministerio de Educación, de las universidades que, en Colombia, están siendo investigadas con temas asociados a corrupción: Fundación Universidad Autónoma de Colombia/ Universidad Incca de Colombia/ Universidad Metropolitana/ Instituto de Formación Técnica Profesional de San Andrés/ Universidad de la Guajira/ Universidad Autónoma del Caribe/ Corporación Universitaria de Colombia Ideas/  Universidad Nacional Abierta y a Distancia/  Universidad del Pacífico y Fundación Universitaria Universidad de San Martín.

El gran César Vallejo escribió un poema inmenso que fue publicado póstumamente en 1939. Se llama “los nueve monstruos” y uno de sus versos desgarradores parece describir lo que la pestilencia de ese hedor genera : “Jamás, hombres humanos/ hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa/ en la cartera/ en el vaso, en la carnicería, en la aritmética/…  

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5 respuestas a «El hedor de esas universidades…»

Esa pestilencia llegó a varias, como la U. De M. En manos de un nefasto profesor de derecho romano quien con su aliada como presidenta del consejo de esa U. en el concejo de medellin y la Asamblea de Antioquia, hicieron hasta vender titulos por ventanilla a ciertos políticos que infestan esa U. De cuantos virus y bacterias existen en ella.

Gracias Juan, por leer. Tienes razón. El célebre affaire Bedoya que, dicho sea de paso, el célebre Alex Flórez trató de repetir.

Todo esto, es el nefasto legado de los miembros de la cueva oscura hedionda y putrefacta llamada CD…

Todo lo que tocan lo corrompen, lo pudren…
Una vergüenza de partido, comenzando por su vejete fundador, que tiene entre pecho y espalda no menos de 6402 vidas de inocente de falsos positivos.

Raro que no este investigada la Universidad de Medellín, a la cual un rector convirtió en “Fabrica de Cartones” y lastimosamente la UPB que le otorgó titulo en maestría a la “HP” honorable parlamentaria paola holguín del CD; my cuestionado este título por los estudiantes.

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