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El verbo Confiar…

Una de sus proezas (son muchas) es la de mantenerse a este lado de la solidaridad y de la cooperación, cuando la gran mayoría de las cooperativas financieras, sucumbe a las seducciones del capital y sueña con “evolucionar” a ser un banco o transmutarse en un grupo económico, haciendo eco a los cantos de sirena del exitismo neoliberal.

Por Alberto Morales Gutiérrez

“El mejor de los mundos posibles” es una frase que se agita de manera recurrente en los debates sobre los males y los dolores de la humanidad. Y aparece en esas deliberaciones, ya como una reivindicación, como un sueño, como una utopía o, si la hora de la discusión se ha extendido hasta el amanecer, como un objetivo a alcanzar.

Es paradójico, porque la intención de la frase no propone originalmente ninguna búsqueda. Fue acuñada por Gottfried Leibniz, por allá en el año de 1714, ya anciano, cuando se dedicó en su texto Monadología, a demostrar que, a pesar de la existencia de la maldad y el sufrimiento, “las elecciones de Dios están sujetas al principio de razón suficiente, es decir, que Dios tiene la razón para elegir una cosa u otra”. Entonces, “dado que Dios es bueno, el universo que escogió para existir es el mejor de todos los mundos posibles.

No obstante haber ejercido Leibniz a lo largo de toda su existencia un pensamiento lúcido y bien argumentado, las críticas a su último texto fueron múltiples desde los más diversos flancos.   

De él dijo Diderot (quien se encontraba en el lado opuesto de su pensamiento) que “quizás nunca haya un hombre que haya leído tanto, estudiado tanto, meditado más y escrito más que Leibniz…”. Es cierto. Leibniz fue el último de los polímatas, aunque, desde luego, no hay duda de que su oración de ese entonces, es una convocatoria a que nos resignemos.

La respuesta más contundente a esa frase, apareció 285 años después, en la Batalla de Seattle el 30 de noviembre de 1999. Una multitud variopinta de activistas, sindicatos,  ecologistas, anarquistas y personas con pensamiento crítico, irrumpieron en la llamada Ronda del Milenio convocada por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y lograron boicotearla, alertando sobre los estragos del cambio climático y el modelo económico neoliberal. Su grito de combate aún se escucha en  todo el planeta: “¡otro mundo es posible!”

Toda esta larga “perorata” que he escrito, tiene que ver con el hecho de que la frase de la “respuesta”, es utilizada hoy de manera insistente, por la Cooperativa Financiera CONFIAR, quien acaba de arribar a los 50 años de existencia. ¡Una proeza!

Es fácil caer en la tentación de evaluar su trayectoria en términos de balances financieros, número de asociados, volúmenes de los aportes sociales y este tipo de indicadores en los que también se interesa la Superintendencia Financiera, que es la que la vigila. Pero, aunque se trata de cifras importantes, esta evaluación nada mas que numérica, sería una injusticia. CONFIAR puede convocar con solvencia ética y moral a la construcción de otro mundo posible, porque la suya es una trayectoria de coherencia profunda con los principios fundacionales del cooperativismo. Es una cooperativa auténtica. No todas lo son.

De entrada, su nombre es una promesa cumplida, pues, no solo es un verbo, una “categoría léxica” que expresa una acción o movimiento, (lo que define muy bien la vida diaria de CONFIAR) sino que significa, entre otras muchas cosas: “esperar con firmeza y seguridad”; “creer”; “encargar o poner al cuidado de alguien un negocio u otra cosa”; “dar esperanza a alguien de que conseguirá lo que desea”. No olvide usted que la palabra confiar viene del latín “fides”, que significa fe. Confiar es tener fe. Y la gente confía en CONFIAR.

Una de sus proezas (son muchas) es la de mantenerse a este lado de la solidaridad y de la cooperación, cuando la gran mayoría de las cooperativas financieras, sucumbe a las seducciones del capital y sueña con “evolucionar” a ser un banco o transmutarse en un grupo económico, haciendo eco a los cantos de sirena del exitismo neoliberal. No, CONFIAR no le come cuento al consumismo, a la jugada individual, a la cantinela de que quien no ha triunfado es porque no quiere. CONFIAR privilegia el bien común y eso, a muchos observadores, les parece una excentricidad.

Se destaca por asumir con rigor el postulado de la Alianza Cooperativa Internacional ACI, cuando esclarece así la esencia de la economía solidaria: “la verdadera diferencia entre la cooperativa y otra clase de organización económica, se basa en que la cooperativa subordina las técnicas económicas a las ideas morales. Si no existiese esa diferencia, no tendría razón de ser el movimiento cooperativo”

Eso explica que CONFIAR haya protagonizado “transgresiones” que revuelcan las ideas imperantes, los modus operandi tradicionalmente aceptados, los discursos excluyentes. Expresó institucionalmente su apoyo al SÍ en el plebiscito de la paz, promueve la estrategia “Mujeres Confiar” cuyo rol en las discusiones y tareas alrededor de la igualdad de género tiene ya un peso específico; creó la “Fundación Confiar” que ha realizado una tarea diversa y formidable en la difusión del pensamiento solidario; ha asumido siempre y con valor posiciones políticas, es notable su trabajo en la construcción de ciudadanía.

Se pone usted en la tarea de observar la multiplicidad de acciones que despliega a diario, y descubre por lo menos estas diez que, no solo integran su excepcional tejido y hacen parte de su ADN, sino que explican que se defina hoy como “una plataforma”: CONFIAR es un tanque de pensamiento; es una editorial (sorprende el número de títulos publicados y el volumen de las ediciones que reparte de manera gratuita entre sus asociados, aliados y amigos) es una instrumentadora de circuitos económicos solidarios; CONFIAR es una gestora cultural; una promotora del bien vivir; es una educadora; CONFIAR es una constructora de equidad y de igualdad; una generadora de hechos ambientalistas; un factor de ciudadanía; es otra economía posible.

Han transcurrido ya cincuenta años desde cuando los treinta y tres trabajadores de Sofasa, que dieron principio a esta epopeya, transformaron su fondo de ahorro para navidad, en la cooperativa que dio origen a lo que hoy representa CONFIAR en el escenario de la economía solidaria.

Ciertamente, el mundo ha protagonizado cambios trascendentales desde ese lejano 1972, y CONFIAR  ha sabido ser una observadora inteligente de tales cambios. La trayectoria de CONFIAR refleja una constante integrada por tres capacidades reconocidas: su capacidad de adaptación, su capacidad de disrupción y su capacidad de constituirse en posición alternativa, de cara tanto al sector solidario como a la sociedad misma. De hecho, lleva un buen rato pensando en su deber ser, para los próximos cincuenta años.

Sé que ni CONFIAR ni sus organismos de dirección buscan el reconocimiento o el aplauso. No lo necesitan. Pero sí creo de elemental justicia expresar la admiración y el respeto que me genera el trabajo realizado por Oswaldo León Gómez, el líder de la Plataforma Solidaria CONFIAR en las últimas décadas, y el trabajo de sus directivos y el de sus empleados y empleadas. Siento que todo lo que hacen es un ejemplo a seguir. Pienso que, sin ellos saberlo, integran ese contingente soñado que cerrará filas cuando, con la ayuda de mucha más gente de muchas más partes, se ponga por fin en movimiento, el proyecto humanidad…

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18 respuestas a «El verbo Confiar…»

Por primera vez estoy absolutamente de acuerdo contigo Alberto. Ojalá, el nuevo gobierno, le apueste fuerte a la economía solidaria, creo que Confiar fuel la primera en prestarle una importante suma para su campaña al Pacto Histórico y además, vuelvo y creo, no solo votaron por el si, también lo hicieron por el cambio en primera y en segunda vuelta. Eso es claridad política, económica y filosófica.

Gracias John por leer. Si, es una cooperativa que genera esperanzas…

Una clara muestra que tener una economía pero sobretodo un mejor país para todos, es no sólo posible, sino necesario.

Confiar, es un mar de oportunidades por ser una opción a la inclusión, ya que todas y todos independiente a lo que se dedique aquí ahí un opción de ahorro y crédito.

Gracias Confiar por la apuesta a la juventudes, a las mujeres, al medio ambiente, a la cultura, al trabajo colectivo.

Es un ejemplo a seguir y como dice CONFIAR “juntos rinde más y es mejor”

Estoy de acuerdo con la inteligencia colectiva y la voluntad social de la Cooperativa Confiar , es , entre nosotros, la materialización de la filosofía política y la política económica que debería guiarnos. Gracias Alberto por expresar lo que tantos sentimos por Oswaldo, su equipo de trabajo y la Economía solidaria.

Gracias Gabriel Jaime por leer. Me parece certera esa definición tuya en el sentido de que hay allí inteligencia colectiva y voluntad social.

Me pregunto si las otras cooperativas existentes en el país tienen la misma brújula de CONFIAR y aplican esos principios morales orientados por la ACI e incubados desde el origen del Cooperativismo .

Gracias Gonzalo por leer. Creo que ese es el drama del cooperativismo: la gran mayoría han perdido la brújula.

A propósito de entender a CONFIAR esta en es tener claro a donde queremos llegar, y como lo vamos a lograr, se me viene a la memoria una palabra “esperanza”, porque el presente, está en lo que hacemos, pensamos y soñamos, estamos construyendo esperanza, porque en ello ocupa el primer lugar la persona, lo humano, de saber, que construimos cultura, porque en lo que hacemos es fundamental las personas, como decía Aristóteles “No confundas lo económico con las normas de conducta”.

Gracias Jorge Iván por leer. Me gusta la palabra esperanza, al igual que tú, para significar lo que genera Confiar

Sobre la Confianza, en mayúsculas por lo importante para los procesos sociales, dice Jorge Giraldo: “el sistema financiero se tragó todo el diccionario de acepciones de la palabra ‘confianza’, y habría que ponerla en muchas otras partes.” En el evento #SumaConfianza. En perfecta sintonía con lo que expresas Alberto, gracias por tan bella manera de expresar un merecido reconocimiento a Confiar para seguir esperando con esperanza. Abrazos

Gracias por leer, Marta. Creo que es cierto que Confiar siembra esperanza por dónde pasa…

Si, “esperanza” es el sentimiento que sentimos en Cali al celebrar que CONFIAR haya abierto su Agencia en esta ciudad en sus 50 años. Los caleños vamos a aprender a CONFIAR en que la Economía Solidaria es el modelo empresarial que necesita COLOMBIA para lograr que El Pacto Histórico se consolide y se “PETRIFIQUE” por los siglos de los siglos… amén.

Gracias por leer, Sigifredo. Creo que toda la gente en el país aprende de Confiar.

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